Se han convertido en indispensables en nuestro día a día. La mayoría ya no entiende la vida sin móvil. “No podemos negarlo, a día de hoy existe un uso abusivo de los dispositivos digitales (móvil, tablet, ordenador…) y no solo por una cuestión laboral, más bien es por ocio, que muchas veces tan solo se basa en el intercambio de mensajes y chats”, explica Daniel Molina, educador físico y Director del Centro Analítica Muscular. El experto insiste en que es cierto es que, gracias a ellos, nuestro día a día es más cómodo, pero no todo son ventajas, su uso en exceso está generando problemas físicos que afectan a gran parte de la sociedad, no somos conscientes, pero cuando estamos ante este tipo de aparatos adoptamos posturas forzadas y, en consecuencia, estamos provocando la aparición de diversas patologías.
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- Tendinitis. Es una de las más habituales. Afecta especialmente a los pulgares, al ser los dedos más utilizados para teclear mientras se sujeta el teléfono con las dos manos. La razón, según Daniel Molina, es la sobreexposición a ejercicios repetidos que nos llevan a fatiga neuromuscular. Eso mismo ocurre con otros dedos, aunque lo síntomas aparecen en menor medida. Cuando la tendinitis aparezca empezaremos a notar un dolor intenso y la pérdida de fuerza, así que alerta a estos síntomas.
- Whatsappitis. “Las muñecas y los dedos, sobre todo los pulgares, pueden sufrir lo que se ha llegado a llamar whatsappitis, es decir, una inflamación de una articulación del pulgar por repetir muchas veces el mismo gesto sin descanso. Respecto a las muñecas, pasa algo parecido, las mantenemos mucho rato en una posición y se puede cerrar el túnel por el que discurre un nervio y provocar lo que se llama el síndrome del túnel del carpo”, nos explica Manuel Rozalén, doctor en Fisioterapia y director de las Clínicas Rozalén y Fisioserv.
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- Dolores continuos de cabeza, cuello y hombros. Daniel Molina explica que con el uso de dispositivos adoptamos posturas forzadas mantenidas más tiempo del que toleramos, hecho que afecta a más partes del cuerpo de las que nos pensamos. Notamos las zonas más tensas, con mayor rigidez debido a desajustes neuromusculares que llegan a condicionar nuestro día a día. Si estas posturas se mantienen en el tiempo, el sistema nervioso se verá alterado, de tal manera que aumentará nuestra sensibilidad y percepción del dolor.
- Zona cervical. “Tendríamos que señalar que el cuerpo tiene una capacidad de adaptación increíble y que, depende del sujeto en cuestión considerar qué es excesivo, pero desde luego, la zona cervical que tiene una curva llamada lordosis, se tiende a corregir cuando se mantiene mucho rato una postura de flexión hacia adelante y por ende, toda la musculatura posterior se debilita y la anterior se contractura, apareciendo dolores que a veces se irradian hacia arriba y provocando dolores de cabeza o cefaleas, reforzadas además por el uso excesivo de la vista”, nos cuenta Manuel Rozalén, doctor en Fisioterapia y director de las Clínicas Roazlén y Fisioserv. “Esta postura es la denominada text neck, que se ha investigado radiológicamente en estudios, la aparición de una prominencia ósea (un exceso de hueso) en la zona de inserción de los músculos posteriores de la cabeza, a nivel de la zona occipital. Si somos muy analíticos, puede, además, provocarse una lesión de lo que denominamos cadenas musculares y redundar en dolores de la zona dorsal o incluso lumbar”, añade el especialista.
Por todo ello, los expertos insisten en que puesto que no podemos luchar contra la educación del uso del móvil, intentemos al menos educar corrigiendo la postura y elevarlo a la altura de los ojos, así como hacer descansos en su uso para prevenir posibles problemas.
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