Nos gusta tanto el aceite de oliva y conocemos, sobradamente, sus beneficios, que tenemos al aceite de girasol como a un pariente lejano, que utilizamos con desgano en muy pocas elaboraciones. Aunque no lo parezca y sin quitarle méritos al aceite de oliva (porque los tienen) el de girasol cuenta con propiedades nutritivas y cosméticas.
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Es un producto que se extrae de la semilla del girasol y está compuesto, en un porcentaje muy alto, por ácido linoleico, una sustancia grasa, poliinsaturada y rica en Omega 6, un ácido graso que el cuerpo no es capaz de sintetizar por si solo. Otros componente del aceite de girasol son el ácido oleico (omega 9) y el ácido palmítico. Los ácidos grasos poliinsaturados son fundamentales para que nuestro organismo trabaje de manera adecuada, especialmente para el correcto funcionamiento del corazón y para evitar problemas cardiovasculares.
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¿Lo barato sale caro?
El aceite de girasol tiene un precio mucho más razonable que el de oliva, esto nos hace pensar, muchas veces y de manera equivocada, que el coste determina su calidad y sus ventajas. Al tener un sabor mucho más suave que el de oliva es un producto idóneo para utilizarse como aliño en ensaladas o como ingrediente en platos dulces, donde el sabor picante e intenso del aceite patrio no es favorecedor.
Otro concepto arraigado popularmente es el que sugiere que mejor utilizar aceite de girasol que de oliva para freír. En parte para no consumir tanto producto del más costoso y porque creemos que al ser más ligero las frituras son menos pesadas. El aceite de girasol mantiene mejor sus propiedades en crudo, como aderezo o para ligar salsas. Mientras que el de oliva, aunque pierde propiedades, resiste mejor las altas temperaturas. Si quieres freír con aceite de girasol que la temperatura no supere los 170 grados y, en la medida de lo posible no utilices este aceite.
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Las propiedades del aceite de girasol en cosmética
Es un aceite que posee grandes cantidades de vitamina E, un antioxidante fabuloso para combatir los radicales libres. En muchas cremas o productos de cosmética encontrarás que las fórmulas preparadas con este aceite son buenas para mantener la humedad de la piel.
Para las amantes de los productos caseros y las rutinas de cuidados simples para hacer en casa, el aceite de girasol es un aliado. Su textura ligera y suave sirve para mitigar los daños ocasionados en el cabello por la plancha, el secador y las tinturas, también para reducir el frizz y al no tener olor, permite (en muy poca cantidad) ser utilizado como un modelador del pelo encrespado.
Como exfoliante, aumenta sus beneficios, si lo mezclas con algunas gotitas de aceite de oliva virgen y con una cucharada de azúcar. Puedes aplicarlo en la zona del rostro y el cuerpo, dejarlo actuar unos 5 minutos y retirar con una ducha tibia. La piel no solo se ve regenerada, sino que notarás una especie de capa suave que actúa como protectora de rayos UVA y de posibles infecciones.
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