El azúcar es una de las sustancias más consumidas a nivel mundial que podemos ingerir de forma consciente o inconsciente, y que supone, en opinión de muchos expertos, un enorme riesgo para la salud. Tal y como nos explica nuestra colaboradora, la nutricionista Marta Lorenzo, es un edulcorante y conservante cuyo sabor produce adicción, y por eso la industria alimentaria lo utiliza en cuanto puede para mantener sus productos. El problema más importante de este alimento es que sacia sin nutrir, es decir, no aporta ningún tipo de nutriente esencial como las vitaminas, minerales o proteínas a nuestro organismo, por lo que no sirve para mantener un óptimo estado de salud en cuanto a la regeneración o crecimiento de este, sino que solo provee calorías, es decir energía. Por ello, el azúcar consumido junto con una dieta sana, equilibrada y variada por personas que practican ejercicio varias horas al día puede llegar a ser hasta recomendable, pero este no es el caso de la mayoría de las personas que abusan de este edulcorante.
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Las consecuencias de un consumo excesivo de azúcar
Si mantenemos una dieta deficitaria en nutrientes y abusamos de alimentos ricos en azúcar como los procesados, bollería industrial, bebidas azucaradas y caramelos o incluso de alimentos que los contienen de forma camuflada, como pueden ser algunos tipos de cereales, yogures o salsas, vamos a empezar a tener graves problemas en nuestra salud. ¿De qué manera? La flora intestinal empezará a verse alterada, lo que puede provocar la aparición de múltiples enfermedades, ya que esta se relaciona con el estado de nuestro sistema inmunológico. Además, cuando el consumo de azúcar es excesivo se sobrecarga el hígado para que produzca mucha insulina y así disminuir los niveles de glucosa en sangre. Si esto es habitual, el hígado puede ver alteradas todas sus funciones y producir cantidades de insulina por encima a las necesarias cada vez que se consume este ingrediente. Esto provoca la disminución en exceso del nivel de glucosa en la sangre y crear la necesidad de comer azúcar de nuevo, creándose un círculo vicioso. Cuando sufrimos esta alteración en la producción de insulina, se produce la hipoglucemia, la cual se caracteriza por síntomas como fatiga, dolor de cabeza, dificultad para concentrarnos, trastornos del sueño, depresión, irritabilidad y problemas de aprendizaje en los niños, entre otros.
Por esto, su consumo según la ONU a través de la alimentación no debe superar el 5 % de las calorías de la dieta, y hay que intentar que su ingesta sea unos 25-50 gramos al día máximo, cantidad que seguramente duplique o triplique un porcentaje muy alto de la sociedad actual.
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¿Cómo podemos quitarnos esta necesidad de comer azúcar?
El azúcar, como queda claro, es un alimento adictivo que debemos ir retirando de nuestra alimentación poco a poco, algo que con el tiempo agradeceremos, ya que nos daremos cuenta de los beneficios que nos va a proporcionar a nuestra salud. Y podemos seguir una serie de recomendaciones útiles para conseguirlo:
- Debemos empezar por dejar de comprar bollería, dulces, zumos, etc, es decir, alimentos que ya sabemos que tienen un alto porcentaje de azúcar. Podemos dejar para empezar una tableta de chocolate negro con 70-80% de cacao para que, si en algún momento necesitamos una o dos onzas, tiremos de este que sabemos que nos proporciona algún beneficio más. Aun así, cuando nos apetezca comer algo dulce, debemos pensar porque realmente nuestro cuerpo lo pide, si es por hambre o, simplemente, estrés, ansiedad o cansancio.
- Ve evitando alimentos procesados e intentando que tu alimentación sea lo más fresca posible. Sabemos que hay ciertos productos que nos facilitan la vida por el ritmo que llevamos, pero también perjudican a nuestra salud. Suelen llevar azúcar camuflado, por lo que no se recomienda el consumo abusivo de estos productos. Evítalos siempre que puedas.
- Retira las bebidas gaseosas azucaradas. Debes beber agua, los beneficios son más que evidentes y si la sustituyes por estas bebidas, solo vas a conseguir empeorar tu salud.
- Intenta leer las etiquetas y ver si los alimentos que compras lo contienen. Un claro ejemplo son los yogures, que contienen unos 12,5 gramos de azúcar por unidad, por lo que con consumir dos yogures alcanzaríamos la ingesta recomendada por la ONS.
- Realiza ejercicio. Por lo menos de esta manera “quemamos” la cantidad de azúcar que podamos ingerir.
- Come fruta, nos reduce significativamente la necesidad de comer azúcar.
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