La agricultura ecológica es un proceso de cultivo agrario que respeta el medio ambiente y procura conservar la fertilidad de la tierra. Como consecuencia, los productos que se obtienen, al menos es el objetivo que persigue, son de máxima calidad porque han sido sometidos a un cuidado metódico y con la intervención mínima de agentes externos.
Se diferencia de la agricultura tradicional en varios aspectos, el más significativo es el vínculo entre el medio, el producto y las personas. Su proceso está basado en principios ecológicos, adaptados a las condiciones locales del terreno y sin emplear medios que terminen por contaminarlo. Se aplica también en la ganadería, con las mismas pautas, mantener un ciclo natural, donde la exposición a agentes sintéticos, contaminantes o que no sean naturales del medio no están incluídos.
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Cómo son las técnicas de producción de la agricultura ecológica
Básicamente prescinden de todo aquello que genere una agresión al terreno o que tenga consecuencias para los consumidores y el medio ambiente. En este proceso ecológico no se utilizan fertilizantes químicos o pesticidas, por norma general, todo producto que provenga de organismos modificados genéticamente o sean de origen sintético no están incluidos en la cadena de trabajo.
Para proteger a las plantas de plagas y enfermedades se emplean métodos naturales y el estudio del terreno, el clima y las especies es fundamental. Los cultivos son seleccionados según su resistencia y su adaptación al medio. Se buscan especies que sean naturalmente resistentes y se las protege gracias a otras especies que son enemigas de los parásitos. También se utilizan cubiertas vegetales, en los márgenes y entre el propio cultivo, ésta puede servir como abono y como protector de la superficie.
Anualmente se realiza una rotación de los cultivos este mecanismo reduce la erosión hídrica del terreno y es un aporte natural al terreno de materia orgánica. Esto, además, fomenta la biodiversidad de los cultivos porque se buscan productos de temporada que permitan rotación.
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El compromiso por parte de los trabajadores y los consumidores
Es un sistema novedoso y aunque en auge, no deja de ser una método de producción y consumo que está comenzando a cimentar una estructura diferente. Para que la agricultura ecológica sea eficiente, debe contar con el compromiso de los agricultores y las personas que trabajan en el proceso y de los consumidores. Esta industria busca el equilibrio entre todos los factores que intervienen tanto en su producción como en su consumo y para ello es de esperar que todas las partes estén comprometidos con el cuidado del medio ambiente. En muchas ocasiones, asumir ese compromiso se traduce en el precio de los productos. Las personas realmente conscientes de lo que están adquiriendo saben que el coste extra se debe al proceso general de obtención del producto.
Para garantizar que los productos son de origen ecológicos, biológico y orgánico es obligatorio el registro de los agricultores y sus terrenos en el Consejo de Agricultura Ecológica. Solo a partir de esta inscripción los alimentos pueden ser vendidos con la denominación antes mencionada. Los agricultores se comprometen a hacer un uso responsable de la energia y a no forzar los cultivos con elementos que puedan acelerar su crecimiento o producción como los sistemas de calefacción o iluminación.
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