El maullido de los gatos es la manera que tienen de comunicarse con nosotros. Si lo tienes desde hace tiempo, sabrás que la manera en la que maúlla cambia según necesite comer, quiera mimos o sienta molestias. No creas que está llamando tu atención y descuides su reclamo, es probable que te necesite.
Época de celo
Si tu gata no está castrada, en época de celo la escucharás maullar con mucha frecuencia. Es un sonido diferente al que puede hacer habitualmente para pedirte comida o caricias. El maullido de los gatos, cuando están en época de celo, es prolongado como si fuera algo exagerado y forzado.
Son sonidos a los que te acostumbras con el paso del tiempo pero que, al principio, pueden producirse cierta tensión o preocupación. Cuando las gatas están en celo, suelen maullar y elongar la zona lumbar como señal para otros gatos.
La edad de los felinos
Los gatos recién nacidos o que deben acostumbrarse a un nuevo hogar suelen maullar por la noche. Es un sonido que puede expresar diferentes necesidades aunque guarden relación entre sí. Puede ser hambre, frío o miedo, necesidades que pueden verse exageradas por su corta edad y el temor a lo desconocido.
La ternura y el cariño que puedas darle en esos momentos será la mejor manera de explicarle que está a salvo y que no hay nada que temer. Si los maullidos persisten y el paso de los días no lo hace ganar confianza, podría tratarse de otro síntoma, mejor consulta con un veterinario. También es común el maullido nocturno cuando los animales tienen una edad avanzada y sí padecen enfermedades neurológicas o degenerativas.
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El maullido como síntoma de mala salud
Que tu gato maullar no es nada que deba preocuparte, en principio, siempre que puedas reconocer los motivos por los que lo hace no debería existir un problema añadido. Si prestas atención a su estado corporal y sus movimientos, estos pueden servirte de guía orientativa. Si tu gato eriza el lomo mientras maúlla lo más probable es que tenga miedo o crea que debe defenderse de inmediato. Cuando los sonidos que emite son suaves, como ronroneos y además se acerca a tu cuerpo, es que está buscando caricias o que juegues con él.
Si percibes que el maullido no el es habitual o que lo hace en momentos que antes no lo hacía, puede significar que tu mascota tenga algún problema de salud. Con frecuencia estos maullidos atípicos están acompañados de cambios en la conducta del animal, se vuelven agresivos, apáticos o huidizos. Estos suelen ser síntomas que acompañan cuadros febriles, diarreas o vómitos, en estos casos siempre es aconsejable consultar con un especialista.
Cualquier alteración en su estado de salud el gato lo expresa con maullidos, en ocasiones es un simple malestar pasajero pero otras veces es una señal de alerta que evita problemas mayores.
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Si se siente incómodo o te ha echado de menos
Algunos maullidos son solo formas de reprocharte algo concreto, que su arenero está sucio o que ha pasado muchas horas solo y te ha echado de menos. Quiere hacerte saber que extraña tu presencia en la casa o que puedes recompensarlo con juegos y caricias.
Si, por alguna razón, ha tenido que cambiar de hábitos es probable que los primeros días maúlle. Si los sonidos no prosperan, solo era una manera de decirte que los cambios no le gustan y sentía algo de temor ante una situación no reconocida por él.
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