La contaminación no solo perjudica gravemente la salud del planeta. Son muchos los efectos a corto y a largo plazo que la polución puede ejercer sobre la salud de las personas. Tal y como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), este problema ambiental aumenta el riesgo de la aparición de enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares. Las investigaciones no dejan de sucederse para conocer las consecuencias que tiene de la mala calidad del aire que respiramos y una de las últimas es realmente preocupante. Se trata de un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha constatado que la contaminación atmosférica derivada del tráfico está asociada a niveles altos de presión arterial.
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Uno de los factores de riesgo más importantes
Para llevar a cabo este estudio, publicado en la revista Journal of Hypertension, los investigadores se han centrado en la concentración media diaria de partículas ultrafinas en Barcelona y su impacto en más de 500 pacientes. "Las partículas ultrafinas, cuya principal fuente de emisión en áreas urbanas es el tráfico, es un factor de riesgo cardiovascular y, tal y como hemos observado en el estudio, también en el control de la presión arterial. En concreto, un incremento de 10.000 nanómetros de partículas ultrafinas está asociado con aproximadamente un aumento de 3 milímetros de mercurio de los niveles de presión arterial diastólica", explica el investigador del CSIC Aurelio Tobías, que trabaja en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA).
"La presión arterial es uno de los factores de riesgo más importantes de las enfermedades cardiovasculares. Un incremento significativo de la presión arterial puede conllevar riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal o muerte prematura", resalta Tobías.
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Otros efectos negativos
El sistema cardiovascular no es el único que está en jaque por la contaminación atmosférica. Los científicos han alertado que numerosos estudios recientes muestran efectos negativos en el aparato reproductor y el sistema nervioso. "También afecta al desarrollo neuronal e incrementa el riesgo de cáncer, sin olvidar el gasto derivado que conlleva para el sistema sanitario. Es urgente actuar ya", advierte.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos que se están realizando en los últimos meses, los expertos aseguran que las medidas que se están llevando a cabo para reducir los niveles de contaminación derivados por el tráfico no son suficientes. Para ello, los investigadores del IDAEA proponen seis medidas para lograr ciudades verdes y respirables.
- Ceder competencias en materia de calidad ambiental a las áreas metropolitanas
- Mejorar el transporte metropolitano
- Reducir los coches con un peaje de entrada a la ciudad
- Fijar zonas de bajas emisiones para que los coches que entren sean limpios
- Repensar la distribución urbana de mercancías
- Transformar, rediseñar y pacificar las ciudades y su entorno urbano cuando se haya reducido el volumen del tráfico
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