Acabas de hacer esas patatas fritas que tanto te pide tu familia, pero mientras las retiras de las sartén descubres que no están crujientes, ni doradas y, encima, el aceite se escurre por el colador como una cascada. No te preocupes freír no es una tarea sencilla, aunque lo parezca, hasta la cocinera más preparada tiene sus trucos para evitar situaciones como estas.
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Estos son algunas pautas sencillas que pueden ayudarte a evitar comidas grasientas e incluso a mejorar su presentación.
Los alimentos deben estar secos
La consistencia de algunas verduras y pescados pueden jugarnos malas pasadas si vamos a freírlos. Para evitar que absorban aceite es importante que estén lo más secos posible para evitar que el agua se evapore y estropee la preparación.
Para secar los alimentos de consistencia muy húmeda puedas recurrir a una cocción previa, para sellarlos y eliminar el sobrante de líquido. Los rebozados también ayudan en este proceso, especialmente si repites el de enharinado dos veces.
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Productos a temperatura ambiente
La falta de espacio en la cocina y el temor a que el proceso de maduración se acelere y no nos de tiempo a consumirlos, hace que la mayoría de los alimentos que utilizamos a diario los guardemos en la nevera. Además de la pérdida de sabor, como ocurre con los tomates, para según qué tipo de cocción, el frío entorpece la preparación. Cuando hagas huevos fritos procura que lleven, al menos, tres horas fuera de la nevera. La temperatura ambiente ayuda a que durante el proceso de freído no absorban más aceite del necesario.
¿Podemos reutilizar el aceite?
Para que los alimentos no se empapen en aceite y pierdan la esencia de la fritura es importante que el producto esté limpio. Si vas a reutilizar aceite con el que ya has cocinado, procura que no queden restos de comida en él. Existen diferentes métodos para escurrir el aceite de cocina, uno de los más fáciles y efectivos es colarlo con un filtro para café. El aceite debe estar caliente, aunque no hirviendo, para que el proceso se realice sin problemas y el líquido escurra adecuadamente.
La temperatura del aceite
A qué temperatura debes freír los alimentos es otro de los puntos importantes para evitar frituras grasientas. Si vas a freír congelados procesados fíjate en la temperatura de cocción que indica en el envase. Si las patatas te gustan blandas basta con que la temperatura del aceite no supere los 160 grados, si las quieres bien crujientes o vas a cocinar pescado o rebozados como croquetas, la temperatura del aceite debe llegar a los 180 grados.
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No eches toda la comida junta al fuego
Las frituras necesitan espacio para una correcta cocción. Por mucha prisa que tengas, nunca eches todo el preparado al fuego porque producirán una masa compacta y el aspecto original quedará reducido a un pegote grasiento.
Cuando colocas la comida que vas a freír con espacio dentro de la sartén, el aceite penetra mejor y a ti te permite dar vueltas la piezas o esparcir aceite por arriba mientras se dora la parte de abajo.
El método más antiguo para escurrir el aceite de las frituras
Se lo habrás visto hacer a tu madre, a tu abuela y a casi todas las mujeres de la familia, el papel de cocina sobre el recipiente en el que vas a colocar las frituras es un clásico de la cocina familiar. Si has hecho los pasos anteriores, el papel de cocina le dará el toque final. En el caso de que la fritura no haya salido como pensabas y notes que tiene demasiado aceite, el papel ayuda a absorberlo y aunque no mejore la presentación, si ayuda a que sea un poco menos indigesto. El truco del papel de cocina es no dejarlo durante demasiado tiempo, porque podría absorber, también, la humedad del producto y quitarle lo crujiente.
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