Los estiramientos son un buen aliado a la hora de hacer ejercicio, pues nos ayudan a ganar flexibilidad. “Toda la vida hemos sabido que los estiramientos son un recurso necesario cuando se entrena y cuando no se entrena también", nos cuenta Noe Todea, entrenadora personal de Pilar Rubio. Pero llama a la reflexión sobre la forma en la que los hacemos y nos habla en concreto de los estiramientos dinámicos y de sus beneficios. "Hay estudios que concluyen que los estáticos no aportan ninguna mejora en el rendimiento, incluso se habla de lo contrario. Sin embargo, en los dinámicos hay gran variedad y están presentes en deportes o movimientos en los que realizamos un trabajo muscular, por lo tanto, hay una relación directa con un estímulo neuromuscular”, nos cuenta Noe Todea (@noetodea).
Múltiples beneficios
Así, nos explica que no solo mejoras la flexibilidad con ellos, sino que previenes lesiones, aumentas el flujo sanguíneo, la oxigenación de los músculos y su respuesta del sistema nervioso ante los ejercicios. “Al hacer los estiramientos dinámicos, unos músculos participan activamente, mientras los contrarios o antagonistas, se estiran. Por eso se llama “flexibilidad en acción”. Estos son la antesala para tu rutina de ejercicios y lo mejor es que los hagas de forma controlada y progresiva”, explica, y añade que con ellos perseguimos mejorar la postura y la movilidad, hacer que la temperatura corporal ascienda y acabamos mejorando el rendimiento al aplicar los ejercicios correspondientes a ese entrenamiento, tanto en el caso de un deportista como de alguien que busque mejorar su estado físico.
Y la pregunta es cuándo los aplico, ¿para calentar o para estirar? La autora del libro Entrénate con Noe Todea nos cuenta que para ambas cosas te puede servir. "Quizá al final optemos por estiramientos más pasivos, buscando la relajación, o por estiramientos en cadena, que son más completos y nos ahorran tiempo", explica la experta, que da un último consejo de gran utilidad: nunca sobrepases la longitud que alcanzarías haciéndolo de forma estática. Para esto ya hemos visto que disciplinas como el yoga funcionan de maravilla.
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Noe Todea nos propone algunos ejemplos con estiramientos, como este caso, en el que lo que estamos buscando es un balanceo o patada para trabajar la flexibilidad de la parte posterior de la pierna y la movilidad de la cadera.
Tal y como nos explica la entrenadora personal, hay que hacerlo a ritmo controlado y durante 20 segundos para cada pierna.
En este otro movimiento, hacemos hincapié en la movilidad y estiramiento de los flexores de la cadera. Mantenemos la posición y con el brazo empujamos la pierna adelantada hacia fuera entre 4 y 5 veces.
También propone este estiramiento activo de columna y parte posterior: intentaremos tirar de los brazos hacia delante dejando una posición alineada de cabeza a sacro. Mantén algo de flexión en las rodillas, activa tu core y mantenemos entre 10-15 segundos.
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Esta posición es muy practicada en yoga, le llaman el perro y hay a muchos que les cuesta conseguirla, pero con este pequeño cambio en las piernas conseguimos llegar con el talón al suelo mientras la otra se queda más relajada flexionada.
La entrenadora personal nos explica que tenemos que intercambiarlas suavemente y lo podemos mantener 15-20 segundos.