Los automóviles son la principal causa del deterioro de la calidad del aire que respiramos. Tanto es así que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1,3 millones de personas mueren en un año a causa de la contaminación atmosférica urbana. En las ciudades, donde hay niveles más elevados de polución, los habitantes padecen más enfermedades cardiacas, problemas respiratorios y cánceres de pulmón que quienes viven en zonas en las que el aire es más limpio y puro.
Este es el principal motivo por el que, desde hace años, las medidas para acabar con los vehículos más contaminantes están proliferando, poniendo el foco en los motores diésel, que contaminan mucho más que los de gasolina al emitir mayores cantidades de óxidos de nitrógeno. Sin embargo, aunque gran parte de la investigación sobre los efectos de la contaminación del tráfico se ha centrado en los efectos de las partículas derivadas del tubo de escape de los vehículos diésel, un nuevo estudio ha arrojado nueva luz y ha estudiado si las partículas en el polvo de los frenos tienen efectos similares. Los resultados son sorprendentes.
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'No existe un vehículo de cero emisiones'
Según un estudio reciente, financiado principalmente por el Medical Research Council, solo el 7% de la contaminación del tráfico proviene de los gases expulsados por el tuvo de escape de los vehículos. El resto nace de otras fuentes, como el desgaste del embrague, los frenos y los neumáticos. Según los científicos, el 'polvo' de los frenos son los responsables de, aproximadamente, el 20% de la contaminación en carretera. Cada vez que utilizamos el freno, se va desgastando y desprende manganeso, hierro, antimonio, cobre, estaño y otros metales contaminantes. Estas milimétricas partículas son lo suficientemente pequeñas como para ser inhaladas y depositadas en las cavidades más profundas del pulmón.
El doctor Ian Mudway, quien ha dirigido la investigación en el Centro de Medio Ambiente y Salud del MRC en el King's College de Londres, ha señalado que "no existe un vehículo de cero emisiones": "En este momento, las investigaciones científicas se centran en las emisiones de escape de diésel, pero no debemos olvidar ni descartar la importancia de otros componentes, como los metales de la abrasión mecánica, especialmente de los frenos. No existe un vehículo de cero emisiones, y a medida que entran en vigor las regulaciones para reducir las emisiones de escape, es probable que la contribución de estas fuentes sea más significativa".
De acuerdo a este estudio, los vehículos eléctricos, que se han presentado como la alternativa frente a la polución, no están exentos de otros factores contaminantes y 'enemigos invisibles', como el uso de los frenos o el simple roce de las ruedas en el asfalto. ¿Posibles medidas para un futuro más limpio? Continuar restringiendo en cierta medida el aumento del volumen total de tráfico y optar por el uso de otros medios de transporte, como el transporte público o la bicicleta.
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