Cada poco tiempo nos sorprende la noticia del fallecimiento en su domicilio de una persona mayor que vivía sola, y a la que no encuentran hasta que no han transcurrido unos días, semanas o incluso meses. La soledad mata y es una de las epidemias de este siglo que termina con la vida de más personas que la obesidad, el tabaco o la contaminación. Después de pasar la mayor parte de nuestra vida rodeados de gente, entrar en la tercera edad implica en muchos casos, convivir con la soledad. Pero hay que distinguir entre vivir solo y sentirse solo.
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¿Cómo afecta la soledad social a nuestros mayores?
Una persona que está sola, pero que mantiene una relación con el exterior, lleva una vida activa y realiza actividades de ocio, no vive de la misma manera que una que se siente sola. Los mayores que viven bajo el yugo de la soledad se aíslan del mundo, tienen baja autoestima, dejan de disfrutar de la vida y tienen un sentimiento negativo que va unido a esta falta de relaciones sociales, por las que no tienen apoyo emocional. Es este sentimiento de soledad no elegida la que se ha convertido en un grave problema social, que acarrea serias consecuencias para la salud. Estas son las más comunes:
- Estrés: científicamente, cuando una persona se siente sola segrega cortisol, conocida como 'la hormona del estrés', que provoca la subida de la presión arterial, causa insomnio y aumenta los síntomas de la depresión como tristeza o apatía. Por todo esto, la soledad puede provocar por tanto enfermedades cardiovasculares y puede además afectar al sistema inmunológico y endocrino al igual que le ocurre a una persona que padece estrés crónico.
- Demencia: hay un deterioro cognitivo que puede llevar a la demencia, otro de los grandes males de nuestro siglo. Cuando una persona mayor se encuentra aislada, se pasa el día sin interactuar con gente pierde agilidad mental y es cuando comienza a tener lapsus de memoria.
- Baja autoestima: cuando nuestros mayores son dependientes, ese aislamiento social aumenta. Muchas veces los escuchamos decir que "ya no sirven para nada" y que no son útiles ni para la sociedad ni tampoco para su familia. Ese sentimiento hace que surjan otros de apatía y tristeza.
- Agresividad: en muchas ocasiones su carácter se vuelve huraño. Es esta soledad la que les hace pensar que no son personas queridas y que nadie les escucha. Es una llamada de atención que también se traduce en dejadez o descuido, sobre todo atendiendo a su higiene personal y a su alimentación.
- Depresión: la tristeza, la apatía son algunos de los síntomas que pueden desembocar en una depresión. Una cuarta parte de los mayores de 65 años sufre esta enfermedad mental siendo una de las principales causas que provoca una disminución de la salud en la tercera edad.
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¿Qué hacer para promover la autoestima de nuestros mayores?
Mejorar su autoestima es algo que nos concierne a todos. Con estos consejos ayudaremos a que su calidad de vida mejore notablemente.
- Animarles a llevar una vida activa: siempre que sea posible hay que animar a nuestros mayores a que su rutina pase por salir a la calle, andar e interactuar con otras personas. Aquí se pueden incluir los viajes organizados para la tercera edad. Son actividades que les hará mantener la ilusión y una actitud positiva en la vida.
- Tener una mascota: los beneficios de tener una mascota son numerosos especialmente cuando uno se siente solo. Adoptar un perro puede servir de gran ayuda por el cariño y la compañía que aportan, pero además porque así será una manera de que nuestros mayores se sientan útiles y, además, implementen sus relaciones sociales con cada paseo.
- Respetar su opinión: las vivencias de nuestros mayores forman parte de su historia y ellos, quizá más que nadie, necesitan expresarse en función de sus vivencias. Por tanto, no de debe minusvalorar sus opiniones tengan la edad que tengan.
Adopta un abuelo, una iniciativa que lucha contra la soledad en la tercera edad
Los expertos hacen hincapié en que la compañía es la base para paliar los estragos de la soledad en nuestros mayores. Cuando un anciano se siente acompañado de su familia o por otras personas con las que compartir conversaciones, se sentirá valorado y feliz. Su autoestima se verá reforzada y su manera de ver su vida irá cambiando poco a poco. Y es este el objetivo de Adopta un abuelo, una iniciativa que lucha precisamente contra la soledad en la tercera edad.
Desde su creación hace ya seis años, y a través de las 72 ciudades en las que opera, más de 700 mayores han sido adoptados. Se trata de una ONG que, gracias a sus voluntarios, proporciona apoyo y compañía a los mayores que viven en residencias. El resultado de estas visitas de los 'nietos adoptantes' es un beneficio tanto a nivel emocional como cognitivo. Para adoptar un abuelo solo hay que rellenar un simple formulario desde su página web (www.adoptaunabuelo.org) , pasar el proceso de selección para el que se solicita un compromiso con la iniciativa de cuatro meses y tener entre 16 y 49 años. Pasados estos filtros se recibirá una formación antes de conocer a su abuelo o abuela.