Un cuarzo es una estructura de cristal formada por oxígeno y sílice, igual que el tejido conectivo de nuestro cuerpo. Habitan en la naturaleza más pura, escondidos del ruido y de la contaminación, viven dentro de la tierra en zonas de montañas y en cuevas, necesitan ciertas condiciones especiales para nacer y crecer no solo física, sino también energéticamente.
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Las cualidades energéticas de los cristales de cuarzo han sido conocidas y utilizadas en culturas antiguas, un rico conocimiento que se ha perdido en el tiempo. Actualmente no es extraño hablar de sus propiedades energéticas en ciertos escenarios, aunque todavía existe mucho escepticismo sobre el tema. Simplemente con pensar en su constitución, tan cercana a nosotros, ya podemos dar por hecho de que sus cualidades son tan reales como su aspecto físico.
Un cristal de cuarzo para cada estancia de la casa
Es importante saber que los cuarzos tienen la propiedad de equilibrar ambientes gracias a sus condiciones receptivas. Limpian y ordenan los espacios de bajas vibraciones emitidas por campos magnéticos artificiales como wifis o aparatos electrónicos, y también los campos magnéticos emitidos por nuestra propia carga emotiva, como tristeza, estrés o agotamiento.
Comencemos por los espacios donde pasamos más tiempo, por ejemplo, el hogar:
- En la entrada de nuestra casa conviene colocar una Amatista de buen tamaño (cuarzo violeta) sus propiedades transformadoras hacen que al entrar en casa nos despojemos de la “suciedad energética” y entremos en el hogar más ligeros.
- Un espacio muy concurrido familiarmente es la cocina, aquí conviene armonizar la calidad de los alimentos que preparamos e ingerimos con un Citrino (cuarzo amarillo), por sus propiedades energéticas ayuda en los procesos digestivos y de asimilación de nutrientes.
- En la habitación de los niños conviene colocar un cuarzo rosa, el cristal rosa representa la energía del amor y la tranquilidad, una vibración muy equilibrada en la que los niños se sumergirán todavía más en las horas del descanso.
- En nuestro dormitorio conviene utilizar un cuarzo cristal transparente de buen tamaño, también conocido como cuarzo roca, es ideal para relajar la mente y absorber el estrés, podemos colocarlo en la mesa de noche o muy cerca de la cama lo cual permitirá un excelente descanso.
- En el estudio de la casa o áreas de trabajo, por ejemplo, conviene colocar un cuarzo azul, las propiedades de este cuarzo favorecen la concentración relajada de la mente sin estrés, activando los mecanismos para una atención más eficiente.
- Los baños son lugares donde nos aseamos, donde dejamos nuestros desechos físicos y energéticos por lo que es un espacio generalmente muy cargado, neutralizaremos esta energía con un cuarzo rojo, sus propiedades descongestionantes aportarán limpieza y ligereza.
- En el jardín o terraza es ideal un cuarzo ahumado o rutilado (blanco con pequeñas líneas más oscuras y doradas) de buen tamaño, esta variedad muy especial de cuarzo decora y armoniza los espacios exteriores por sus propiedades absorbentes de energía solar como lunar.
Un talismán personal para nuestro propio bienestar
Como vemos podemos encontrar en los cuarzos una herramienta maravillosa para equilibrar nuestros espacios vitales, no solo decoran con su belleza, sino que armonizan con sus propiedades. Me gusta pensar que son seres vivos al servicio de la humanidad, entregando su brillo y sabiduría.
Y para finalizar no podemos olvidar nuestro espacio personal, ya sea en colgante, pulsera o simplemente para llevar en el bolso, no debe faltar un cuarzo verde de tonalidad intensa o suave, aunque llevemos alguno más de nuestra preferencia, el cuarzo verde nos traerá equilibrio y bienestar, cualidades cada vez menos frecuentes en nuestro espacio vital.