Hay momentos en los que la autoestima falla, un problema al que se enfrentan muchas mujeres que han de adoptar una estrategia útil para afrontarlo. Toca ponerse manos a la obra para recuperarla, para valorarse de nuevo. Y en este camino por recorrer, el coaching puede convertirse en un buen aliado, tal y como nos explica Victoria López, coach de La experiencia al equilibrio. La clave es encontrar el coach que nos acompañe en el proceso que nos lleva a la consecución de nuestros objetivos. “La autoestima no está escrita en piedra: lleva tiempo y práctica, pero se puede levantar, para poder desarrollar respeto, reconocimiento y amor incondicional por una misma. Y no, nada de eso significa ser egoísta, ni estar (totalmente) absorbida por nuestras cosas", nos explica.
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¿Cuáles son los principales indicadores de una baja autoestima para la mujer?
La experta en coaching hace referencia a Morris Rosenberg, al que define como gran pionero referente en los estudios científicos en profundidad sobre la autoestima, y creador de la “Escala Rosenberg” -la herramienta más utilizada en investigación-, quien decía que “nada es más estresante que la falta de ese pilar seguro que es la autoestima”. ¿Las consecuencias? Relaciones tóxicas, estrés acumulado, cambios en el estado de ánimo… Así, la experta nos cuenta que los estudios de este reconocido experto mundial nos revelaron los principales indicadores de una baja autoestima, que se resumen en: sensibilidad ante las críticas, aislamiento social, hostilidad, preocupación excesiva con los problemas personales, además de síntomas físicos, como la fatiga, el insomnio o los dolores de cabeza.
¿Y en el caso concreto de la mujer? En opinión de Victoria López, si echamos la vista atrás, es cierto que la mujer ha tenido que luchar por demostrar o hacer valer su sitio en la sociedad. “Las mujeres de hoy, las mujeres ‘modernas’, vivimos muchas veces inmersas en un molde que nos ha impuesto la sociedad. Este se comenzó a tejer en la infancia, a través de la recepción de mensajes, en muchas ocasiones poco saludables, acerca de lo que significa ser mujer: la necesidad del éxito laboral, de conservarse bella, el matrimonio, los hijos, el trabajo diario, mantenerse en forma, una activa vida social…”, nos cuenta. “En este tránsito, muchas veces, las mujeres vamos perdiendo nuestro amor propio -de manera inconsciente-, e intentamos adecuarnos a las innumerables exigencias del medio social en el que vivimos y nos vamos atando cada vez más a la necesidad de aprobación. Las personas con una autoestima sana, en su día a día, son capaces de captar mensajes de aceptación y confianza; aquellas con una autoestima baja, sin embargo, reciben duros mensajes de crítica, castigos por los errores propios, y menosprecio por los logros alcanzados”, nos explica.
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¿Cómo puede afectarnos una baja autoestima en nuestra vida diaria?
Así, nos explica que la baja autoestima es causa de problemas en nuestro día a día, y entre los más habituales están:
- No te aceptas a ti misma.
- Estás obsesionada con ser “perfecta”.
- No aceptas tu cuerpo.
- Indecisión crónica.
- Eres demasiado susceptible.
- Miedo y ansiedad.
- Te enfadas con frecuencia, irritabilidad.
- Complaces sin límites
Para Victoria López, es importante que sepamos qué es la autoestima y que tengamos claro que no tiene nada que ver con lo “que tenemos, lo que sabemos o lo que somos”. Sino que son aquellos pensamientos, sensaciones, emociones que tenemos sobre nosotros mismos. La valoración que realizas sobre ti mismo. Pero la autoestima va evolucionando a medida que vamos desarrollándonos como personas y viviendo nuevas experiencias. Por tanto, el mensaje para la experta es esencial: ¿la autoestima se puede mejorar? Rotundamente, sí. Y esa mejora es el resultado de un proceso, la palabra que nunca te dicen. Un día a día, con trabajo personal, y, sobre todo, con un punto de partida innegociable: el deseo de conseguirlo. "Si pones de tu parte, empezarás a manejarte cada vez mejor. Seguirá habiendo días “de esos”, porque vienes cargada con recuerdos duros, con emociones difíciles, desde aquellos lejanos días de tu infancia. Pero si pones de tu parte, tú serás quien realmente lo note, porque esto va realmente de ti, no de métodos ni herramientas (que también): te costará cada vez menos, te llevará cada vez menos tiempo, te sentirás cada vez más fuerte, por mucho que pueda agitarte todo lo que te dice esa voz interior”, nos explica.
¿Cómo lo puedes hacer a través del 'coaching'?
La experta nos cuenta que uno de los beneficios del coaching es que te hace responsable de tus propias decisiones. "Te va a acompañar a definir tus objetivos, para que sean coherentes con tus prioridades, con tus valores, haciendo aquello que da sentido a la vida de cada uno. El coach va a fomentar el descubrimiento de alternativas nuevas, a través de tu propio potencial, para generar nuevas ideas que te lleven hacia la consecución de tus objetivos. Te va acompañar a liderar tu vida, a empoderarte, abandonado la zona de confort y empezando a actuar a través de tu propio plan de acción", nos explica.
¿Qué pautas debo seguir en cada caso?
No te aceptas a ti misma
- Cambia tu diálogo interno: date una respuesta positiva por cada pensamiento negativo.
- Perdónate por tus errores; avanzar con ese peso que vamos acumulando es como caminar cargada con una mochila de 30 Kg a tu espalda, avanzas, pero mucho más despacio y con dificultad.
- Cuestiona tus creencias negativas: vienen de otros -tus padres, tu familia, tus exparejas, tus amigos-, no de ti misma; ponte un “papel en blanco” en tu cabeza, y empieza a reescribir todo. Es tu vida, no la de otros.
- Ten en cuenta que tus pensamientos están directamente relacionados con tus sentimientos y éstos van a ser los que creen tus acciones y tus acciones forman tu vida.
Estás obsesionada con ser “perfecta”
- Fíjate expectativas realistas, es importante, que estén directamente vinculados con tus valores en la vida: recuerda siempre que la vida, en general, es sencillamente imperfecta.
- Reconoce la enorme diferencia entre fracasar -en algo que hagas- y que tú seas un fracaso; puede sonar obvio, pero a veces tendemos a confundirlo.
- Libérate de cargas innecesarias. Muchas veces nos aferramos a “obligaciones” o “compromisos” que no nos permiten avanzar hacia donde nosotras queremos llegar.
- Deja de sudar por “naderías”: deja de mirar el detalle aislado, abre los ojos y mira la imagen completa.
No aceptas tu cuerpo
- No te compares con otras personas, cada uno de nosotros somos únicos: recuerda tus fortalezas.
- Cuida tu salud: come de forma equilibrada, haz ejercicio, disfruta de tus endorfinas, tus hormonas de la felicidad, ¡son gratis!
- Cuida tu aspecto: haz tres cosas positivas para tu imagen cada día.
No aportas, indecisión crónica
- Acepta que cada una de nosotras viene con sus propios dones y talentos.
- Deja de pensar que los demás son “mejores” que tú: ¿quieres admirarlos? Hazlo, pero no a costa de ti misma.
- Sé consciente de que tú muestras a los demás cómo tratarte: empieza por visualizarte a ti misma como alguien cuyas opiniones son igual de válidas.
Eres demasiado susceptible
- Escucha de verdad lo que te digan: valora si lo que te dicen es o no verdad antes de “lanzarte” a sentir en negativo.
- Ponte en tu sitio: ¿crítica injusta? Muestra tu desacuerdo.
- Sé proactiva: si hay algo de verdad en lo que te cuentan, aprende de ello, en lugar de machacarte. Los comentarios realmente constructivos pueden ser muy útiles, siempre que los aceptes y hagas cambios a mejor.
- Sigue moviéndote: dar vueltas a lo que te ha disgustado no ayuda en nada.
Miedo y ansiedad
- Distingue entre miedos genuinos y miedos infundados: cuestiona tu propia ansiedad con los hechos; ese ascenso para el que no te sientes preparada, ¿de verdad no tienes la experiencia y habilidades necesarias?
- Crea confianza en ti misma enfrentándote a tus miedos: dibuja la pirámide del miedo, con el más grande en la parte superior. Empieza abajo, rebate cada miedo, y ve creando confianza en tus habilidades mientras vas subiendo.
Te enfadas con frecuencia
- Aprende a mantenerte en calma: no dejes que tus sentimientos se vayan acumulando en silencio hasta explotar; expresa lo que sientes en ese momento.
- Retírate: si el “método” anterior no funciona, aléjate de la situación, respira lenta y profundamente para bajar tus pulsaciones y llevar tu cuerpo a un estado de relajación.
- No te comprometas demasiado, para luego sentirte irritada por no poder cumplir: trata de asimilar sólo lo que quieras y te guste hacer.
Complaces sin límites
- Aprende a decir no: tu valía no depende de que los demás te “aprueben”; gustas o te quieren por quién eres, no por lo que haces para ellos.
- Sé “egoísta” en algún momento: o al menos piensa en tus necesidades, para variar.
- Pon límites a los demás: sentirte resentida por aceptar demasiadas cosas de ellos es inaceptable (para ti). Empieza a poner límites sobre lo que estás y no estás dispuesta a hacer, y ese resentimiento irá desvaneciéndose
Y así hasta llegar al último de esos problemas -y pensamientos- causados por la baja autoestima. "Recuerda: estarás acompañada en este proceso del coaching, en cada paso. Tú eres responsable de tus decisiones, y el coach te irá inspirando para conocer cómo y cuánto progresas en la consecución de tus objetivos", concluye.