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Autoestima

¿Sabes en qué consiste el 'efecto Golem'?

Este concepto de la psicología social está relacionado con la motivación y las expectativas que generamos en los demás, así como con las que se generan hacia nosotros.


Actualizado 18 de febrero de 2020 - 17:51 CET

Al efecto Golem también se lo denomina efecto Pigmalión negativo. Es un fenómeno de la psicología social que se aplica en muchos aspectos de la vida, especialementa durante las etapas académicas.

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El efecto Golem está relacionado con la motivación y las expectativas que generamos en los demás y también las que se generan hacia nosotros. Aunque ocurre con más frecuencia en colectivos vulnerables es un efecto que se aplica en todos los ámbitos de la sociedad. Es más preocupante cuando ocurre con niños porque no tienen la capacidad de distinguir esta situación y, de hacerlo, cuentan con menos herramientas para enfrentarla.

Cuando nos referimos al efecto Golem solemos pensar que es algo que le ocurre al otro y que nosotros no somos partícipes. Sin embargo, en muchas ocasiones sí estamos colaborando para que esa situación persista. Al no intervenir y convertirnos en meros espectadores no hacemos más que agudizar el problema y hacerlo perseverar. Por no mencionar las ocasiones en las que somos, nosotras mismas, las que generamos el temido efecto Golem.

“No vas a ser capaz”, “No pierdas el tiempo en intentarlo”, son frases que podemos pronunciar de pasada, pero tienen mucho peso en quien las recibe. La falta de confianza y el descrédito de su potencial generan un pensamiento limitante que invalida a la persona que las escucha. Si, además tenemos un vínculo afectivo, de mando, o educativo, las consecuencias pueden ser nefastas, porque la persona se ve incapacitada para lograr un objetivo y siente que traiciona a quienes lo quieren.

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Si esperas que una persona supere sus propios límites y se lo haces saber, esa confianza que le transmites elevará su autoestima y lo reforzará para poder alcanzar la meta. Con el efecto Golem ocurre lo mismo pero en un aspecto negativo. No tenemos confianza que ese persona logre sus objetivos y se lo hacemos saber. El resultado, como imaginarás, produce que la desmotivación, la falta de estímulos y de confianza no la impulsen a lograr las metas propuestas. 

 

¿Por qué lo relacionamos con la mirada de los demás?

Podríamos decir que el efecto Golem está relacionado directamente con lo que no esperan los demás de nosotros. Si no esperas que tu hijo mejore su rendimiento escolar no harás nada para remediarlo. Tus palabras, tus gestos y hasta tus actitudes mostrarán a tu hijo que no tienes esperanzas de que pueda revertir la situación. En la mayoría de las personas, esta falta de expectativas en ellas produce un efecto directo. Es decir no logran hacer aquello que no se esperaba que hicieran.

Se estudia el efecto Golem en ámbitos educativos, así como también se lo hace con el efecto Pigmalión, la cara B de este fenómeno de la psicología social. Si esperas que una persona supere sus propios límites y se lo haces saber, esa confianza que le transmites elevará su autoestima y lo reforzará para poder alcanzar la meta. Con el efecto Golem ocurre lo mismo pero en un aspecto negativo. No tenemos confianza que ese persona logre sus objetivos y se lo hacemos saber. El resultado, como imaginarás, produce que la desmotivación, la falta de estímulos y de confianza no la impulsen a lograr las metas propuestas.

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Los prejuicios y los estereotipos fomentan el efecto Golem

Como sabes, es una situación que se produce en el ámbito de la sociedad y es, justamente en ella, donde encontramos otros factores que se alían y terminan por crear situaciones irreversibles. Los prejuicios y los estereotipos acerca de determinado colectivo solo ayuda a aumentar nuestras ideas preconcebidas sobre todo aquello negativo que tiene determinado sector de la población o una persona.

Es una manera de discriminación encubierta, donde ni siquiera otorgamos la posibilidad de que esa persona muestre su potencial. Al condicionarla la estamos sometiendo a una presión psicológica de la que, tal vez, no pueda salir.

Al igual que ocurre con los prejuicios, cuando ejercemos este efecto en los demás, nos estamos dejando llevar por conceptos arraigados de manera tradicional o familiar que no cuestionamos y denotan una importante falta de información.

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