Cada vez somos más conscientes del gravísimo problema ambiental al que nos enfrentamos. Tratamos de tomar medidas para llevar un estilo de vida más respetuoso con el planeta y hemos incorporado a nuestro día a día pequeños gestos sostenibles. Reciclar correctamente, controlar la temperatura, evitar el consumo de plástico o dejar aparcado el coche son alguno de ellos. Sin embargo, en muchas ocasiones, no somos conscientes de la repercusión que tienen algunas de nuestras acciones, como a la hora de ir de compras.
Encontrar un sistema más sostenible para el planeta
El fast fashion, el modelo dominante en el mundo de la moda, hace que comprar ropa sea más asequible, pero tiene carísimos costes medioambientales. Tanto es así que, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, la industria textil se ha consolidado como la quinta más contaminante en Europa en emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los hogares, segunda si nos referimos al uso de suelo y cuarta en consumo de agua. Para que nos hagamos una idea de la magnitud del problema, confeccionar unos jeans requiere unos 7.500 litros de agua, una cantidad equivalente a la que bebe una persona en siete años.
Afortunadamente, la industria de la moda quiere dejar de ser tan 'tóxica' y son muchas las firmas que están poniendo en marcha alternativas para romper una lanza a favor del planeta y reducir su impacto negativo, demostrando que hay muchas maneras de ser sostenibles. Una de las iniciativas en alza para renovar tu armario de forma consciente es el alquiler de prendas (y no solo de smokings y trajes de gala).
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¿Por qué comprar ropa si la puedes alquilar?
Cada español desecha cada año entre 12 y 14 kilos de ropa, según datos facilitados por la Asociación Ibérica de Reciclaje Textil (Asirtex), y solo en Europa se generan más de 16 millones de toneladas de residuos textiles. No cabe duda de que nos encontramos frente a un grave problema y para extender la vida útil de las prendas, reducir el desperdicio y, en definitiva, lograr una industria más sostenible, se ha consagrado como una de las grandes soluciones. El funcionamiento es sencillo. Pagas una cuota y renuevas mensualmente el vestidor con prendas nuevas o seminuevas.
El ejemplo más claro lo encontramos en Rent the Runway, conocido como el Netflix de la moda, la startup que domina el mercado en Estados Unidos y que ha sido la primera en ofrecer servicio de suscripción de ropa. El modelo ha resultado ser todo un éxito y se ha extendido a todos los rincones del mundo. En Reino Unido, Girl Meets Dress ofrece el mismo servicio, mientras que en China triunfa YCloset. En nuestro país, encontramos Ecoadicta, una plataforma en la que no eliges los modelos, si no que cada mes es la compañía la que selecciona una serie de prendas que puedes usar durante este periodo. Pasado estos días puedes devolverlas o comprarlas. Cuentan con un test de estilo para conocer los gustos de cada cliente y operan tanto con marcas premium, como pequeñas marcas españolas y moda sostenible. ¿El objetivo? Fomentar un mundo más sostenible y justo, sin perder la esencia de la moda.
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