Quienes la padecen saben que se manifiesta como un dolor severo e intenso, como cristales que se clavan en el dedo del pie -el lugar donde se suele manifestar-. Hablamos de la gota, una enfermedad reumática que ha afectado incluso a los reyes, como Carlos I o Felipe II, a quien le afectó durante años, limitando incluso su movilidad. Tradicionalmente se relaciona con el hombre, pero que, tal y como nos confirman desde la Sociedad Española de Reumatología (SER), también afecta, aunque en menor medida a la mujer. Para saber más acerca de esta dolencia, hablamos con la doctora Paloma Vela Casasempere, jefa de Servicio de Reumatología del Hospital General Universitario de Alicante.
¿Qué es exactamente lo que definimos como gota?
La gota es una enfermedad que se debe al depósito de cristales de urato monosódico, generalmente en las articulaciones, provocando su inflamación, lo que denominamos artritis. Estos cristales pueden también depositarse en zonas próximas a las articulaciones, en tendones, bolsas sinoviales, e incluso en otros tejidos alejados, formando acúmulos denominados "tofos". La "gota tofácea" se suele asociar a enfermedad de más tiempo de evolución y mayor gravedad.
Es una enfermedad que se ha asociado frecuentemente al hombre, pero, ¿afecta también a la mujer? ¿En qué porcentaje aproximadamente?
Es una enfermedad predominantemente masculina, y en el varón puede aparecer a edades muy tempranas (segunda-tercera década). La gota en la mujer es menos frecuente, no suele ocurrir antes de la menopausia, y habitualmente se asocia a la toma de fármacos como los diuréticos, o a la existencia de una función renal deteriorada. Aunque está muy probablemente infraestimada, se calcula que en mujeres la gota es de cuatro a seis veces menos frecuente que en el varón.
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Hay familias en las que varios de sus miembros la padecen, ¿tiene componente genético?
Sí, existe una clara asociación familiar, y cada vez es mayor el conocimiento acerca de la implicación de determinados genes en el desarrollo de hiperuricemia (niveles de ácido úrico elevados en sangre) y secundariamente, de gota.
¿Cuáles son sus causas?
Para que aparezca la gota, es necesario tener previamente elevados los niveles de ácido úrico en sangre. Esta hiperuricemia está causada habitualmente por una combinación de factores genéticos, como ya se ha comentado, y ambientales: juegan un papel clave la dieta (especialmente el consumo de alcohol), los fármacos (como los diuréticos tiazídicos), y la presencia de una función renal alterada.
¿Cómo puedo saber si tengo un ataque de gota? ¿Cuáles son sus principales síntomas?
La gota se suele presentar en forma de episodios agudos de inflamación articular (artritis). Aunque es una localización característica el primer dedo del pie, cualquier articulación puede verse afectada, siendo más frecuente la artritis de las articulaciones de miembros inferiores. Puede ocurrir en una única articulación, en varias a la vez, o ir migrando por diferentes articulaciones. En las personas que tienen la enfermedad incorrectamente tratada durante años, se puede producir la inflamación permanente en múltiples articulaciones. Estas manifestaciones no son exclusivas de la gota: otros procesos pueden dar una clínica similar, lo que hace esencial la valoración por un especialista en Reumatología para poder hacer el diagnóstico y abordaje terapéutico correctos.
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Los pacientes se enfrentan a episodios de intenso dolor, ¿cuánto suele durar el proceso?
Generalmente dura días, siendo procesos con frecuencia autolimitados (acaba desapareciendo la crisis sin tratamiento alguno). No obstante, conforme la enfermedad progresa y se cronifica, en ausencia de un correcto tratamiento, los episodios pueden prolongarse mucho más, incluso llegar a producir una auténtica poliartritis crónica, difícil de diferenciar de enfermedades como la artritis reumatoide, si el abordaje diagnóstico no es el correcto. Para evitar estas situaciones, es esencial el examen microscópico del líquido sinovial (el líquido que se forma en el interior de las articulaciones inflamadas), pues los cristales de urato monosódico son fácilmente identificables por personal entrenado, como los reumatólogos.
El dolor suele aumentar por la noche, ¿por qué motivo?
No es infrecuente que el ataque agudo de artritis gotosa ocurra durante la noche, despertando al paciente por el dolor. Aunque se desconoce con exactitud el mecanismo por el que esto ocurre, se baraja la confluencia de varios factores, como el descenso de la temperatura corporal o la deshidratación nocturna, ambos favoreciendo la cristalización del urato, o el descenso en los niveles de cortisol durante la noche.
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¿Se puede prevenir siguiendo una serie de hábitos?
Sí, en líneas generales: una dieta sana, con abundantes frutas y verduras, evitando el exceso de productos con elevado contenido en purinas, como las carnes rojas y el marisco, y con un consumo de alcohol limitado (especialmente de cerveza), favorece el control de los niveles de ácido úrico. Es además esencial mantener un adecuado grado de hidratación. En algunos casos, la carga genética es tan importante que esto no se consigue incluso con medidas extremas, y son necesarios fármacos para mantener controlados los niveles de ácido úrico.
¿Cuáles son las posibles complicaciones que puede tener un paciente que presenta ataques de gota?
La inflamación repetida, y mantenida, acaba lesionando de forma irreversible a la propia estructura articular (cartílago, tendones, hueso), lo que provoca dolor permanente, limitación de la movilidad e importantes grados de discapacidad. Además, está en la actualidad claramente demostrado que la gota origina un aumento del riesgo cardiovascular, teniendo estas personas con mucha mayor frecuencia problemas vasculares cardíacos (enfermedad coronaria, infartos, etc). El depósito de urato monosódico en el tejido renal puede causar deterioro en su función, lo que a su vez produce un incremento en los niveles de ácido úrico, realimentándose el círculo.
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