Hay diferentes maneras de vivir una infidelidad por parte de tu pareja, ninguna de ellas agradable, pero pillarla es quizá la más 'agresiva'. No es lo mismo que tu compañero se sincere y cuente que ha tenido un encuentro con otra persona a que lo descubras con tus propios ojos. No es lo mismo estar arrepentido que no estarlo. Lo que es seguro es que este tipo de situaciones se dan porque hay dificultades en la relación y son un detonante para tomar decisiones sobre la estabilidad y continuidad de la misma. Sobre cómo actuar ante el shock que produce descubrirlo, hemos charlado con Mónica Fraca Villar, psicóloga, psicoterapeuta y experta en terapia de pareja.
¿Por dónde empezamos?
"Lo primero que debemos hacer es reconocer cómo nos estamos sintiendo y permitirnos el desahogo; es una situación inesperada y desagradable y debemos expresar nuestros sentimientos", explica la experta, quien advierte que lo más recomendable sería hacerlo antes de hablar con nuestra pareja. Una vez identificadas las emociones y expresadas, llega el momento de abordar el tema, para lo cual es importante que estemos lo más tranquilos posibles: "Es difícil hablar y escuchar si estamos muy alterados. Hay que elegir el momento para hablar y no tomar decisiones precipitadas, producto del enfado, la ira y el dolor".
Mónica apunta que muchas relaciones pasan por este tipo de situaciones y no son necesariamente el final de las mismas. "Debemos analizar las causas que han llevado a la pareja a esta situación. La terapia de pareja ayuda a analizar y entender el motivo de esta tipo de comportamientos y mejora la relación".
El impacto emocional
A la infidelidad en sí, se une el shock, lo que hace de esta particular situación algo especialmente duro. Se sufren las mismas consecuencias que produce cualquier otra situación de mucho impacto emocional: rabia, tristeza, enfado, culpa, incredulidad y negación. "Estás reacciones son totalmente normales y necesarias para abordar lo que sucede", detalla.
La mentira, el ocultismo, la desconfianza… al vivir algo así entran en juego muchas cosas. ¿Cómo pueden afectar en la persona agraviada? "La desconfianza es una consecuencia inevitable. Por lo general, la persona agraviada necesita más muestras de afecto y 'pruebas de amor' para sentir que puede volver a confiar. Al principio se está más vigilante del otro y se piden más pruebas que confirmen que las cosas están siendo normales". Según la psicóloga especialista, este periodo es adaptativo, pero debe dar paso a recuperar la confianza, que finalmente es lo que mantiene a la pareja unida en una relación sana.
¿Estás realmente preparada?
"Es difícil recuperar la confianza, sin embargo, la persona agraviada, una vez pasado este periodo anteriormente descrito, debe tener la voluntad de volver a confiar en su pareja", advierte, dado que si no se tiene esa voluntad difícilmente se sostendrá en el tiempo. "Hay que trabajar en la relación de pareja, es importante que ambos puedan hablar de lo que ha pasado, intentando entender los motivos que han llevado la relación a esta situación y no buscando culpables o víctimas".
En el caso de que la relación acabe rompiéndose por la infidelidad, habría que trabajar, por el contrario, en la manera en que se afrontan futuras relaciones pues pasar por un trance de estas características "no determina que en el resto de relaciones que vayamos a tener tenga que pasar por lo mismo". Tal y como apunta Mónica, hay que asumir que cuando se está en una relación de pareja existen situaciones que no podemos controlar y la infidelidad es una de ellas; sin embargo, debemos apostar por estar bien y la elección de confiar en nuestra pareja hace que nos podamos sentir plenos en nuestra relación.