Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y el móvil se ha convertido para muchos en una especie de apéndice de su mano. Tanto es así, que cualquier momento es bueno para conectarse, y aprovechamos para mirar nuestro smartphone en cualquier momento, o incluso dormimos con él cerca. Toca poner límite, si no queremos que incluso se vea afectada nuestra salud. Es el momento de poner en marcha hábitos tecnosaludables, como nos cuenta Gabriela Paoli, psicóloga y experta en adicciones tecnológicas, quien apunta como necesario ese giro en nuestras costumbres para evitar lo que se ha dado en llamar tecnoestrés.
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¿Por qué estamos 'enganchados' al móvil?
Pero, hay que partir de por qué creen los expertos que nos hemos hecho tan dependientes del móvil. “Lo primero que habría que tener en cuenta es que los dispositivos son altamente adictivos porque introducen al adulto en un circuito de recompensa digital a través de la producción de un neurotransmisor, la dopamina, también conocido como la ‘hormona del placer’ o la ‘hormona de la felicidad’. Los estímulos que recibimos a través de las pantallas hacen que el cuerpo produzca dopamina, lo que les genera una sensación placentera y nos empuja a volver una y otra vez a la pantalla en busca de esa sensación. Es decir, a mayor estímulo, más dopamina y más placer”, nos cuenta Gabriela Paoli.
Y, en su opinión, en segundo lugar, la experta apunta a que diversos estudios confirman que solemos recurrir al móvil cuando estamos aburridos o bien cuando estamos estresados. “Esto hace que asociemos el desconectar y descansar con el hecho de saltar de vídeo en vídeo o coleccionar frases de Instagram o Facebook. Esto es hoy en día una fuente tremendamente atractiva y poderosa, es a través de las pantallas donde se encuentra placer”, matiza la experta.
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La nueva ansiedad digital
Por eso, le preguntamos si es normal esa sensación de pánico que les entra a algunas personas cuando se olvidan el móvil, lo pierden o se les estropea. “La hiperconectividad a la que están expuestas muchas personas puede hacer que desencadenen cuadros de ansiedad, o más bien dicho, ansiedad digital”, confirma, pero matiza que sin embargo, depende en gran medida del tipo de uso que hagan de sus dispositivos. “Es decir, si trabajan con ellos las 24/07 es totalmente entendible que se desencadene en ellos la necesidad imperiosa de regresar a casa a buscar el cargador o el móvil, o llegar corriendo a la oficina y pedir un cargador o incluso llevar dos móviles, para evitar llegar a una situación muy desagradable y desestabilizantes para ellos. Como todo, la clave es intentar hacer un uso sano, consciente y responsable de los dispositivos”, nos cuenta.
Un tiempo de desconexión necesario
Y es que nos hemos encontrado con que, de repente, comemos con el móvil, hay móviles que suenan en el teatro… ¿hay solución a esta situación? “Como en todo, la clave es la educación y el respeto. Es muy importante que nos paremos a pensar qué estilo de vida queremos llevar, qué es lo más importante en nuestras vidas, cuáles son los valores que tenemos, y vivir en coherencia y alineados con ello”, nos dice la experta. “Es decir, si yo considero a mi pareja y/o familia es lo más importante, debo tomar cartas en el asunto y promover un uso adecuado de las pantallas para cada miembro de la familia, teniendo en cuenta edades, horarios, actividades, etc. Y en cuanto a la pareja, siempre recomiendo pactar tiempo de conexión (adecuados a las necesidades y prioridades de cada uno) y tiempo de desconexión, es decir, tiempo de comunicación, de miradas, de gestos, de sonrisas, de compartir sin dispositivos en las manos, en las comidas…”.
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Apunta estos hábitos tecnosaludables
Hay, pues, opción de dar marcha atrás y reconducir la situación. “Solo se trata de voluntad y determinación”, nos cuenta. Y es que la experta señala que estos hábitos nocivos (desde llevarse el móvil al baño a abrir el correo decenas de veces al día), al ser adquiridos, pueden cambiarse. “Todos nos resistimos a cambiar de hábitos, porque significa cambiar rutinas, formas de pensar, y salir de nuestra zona de confort” advierte Paoli, a lo que añade “no te sientas culpable cuando te suceda, es algo normal. Por eso necesitarás la conciencia: para darte cuenta de cómo estás actuando y de tus resistencias internas. Aceptar es el primer paso para poder cambiar”. Hay que seguir unas pautas que ella misma recomienda a sus pacientes, sobre todo a los adultos que trabajan con o a través del móvil, y que ella denomina “hábitos tecnosaludables”.
- Establece horarios para tu conexión.
- Evita la “prontomanía”, aunque estés en línea. Elige tú cuando vas a responder y no te sientas presionado. Mantén a raya el “tecnoestrés”.
- Establece códigos comunicación interna con tus compañeros o jefe (fin de semana no se trabaja, por ende, no se envían o contestan whatsapps o mails).
- Los mensajes de whatsapp es mejor que se envíen informativos no declarativos. Para esto, mejor llamarse o convocarse.
- Utiliza el modo avión: para desconectar del trabajo o de los imputs cuando vayas al cine, al teatro, o a tu clase de pilates.
- Dedica tiempo al “ocio digital" cuando hayas terminado con tus prioridades, y marcando un tiempo de conexión. Practica el autocontrol.
- Si el propósito es desconectar para ganar tiempo y salud, hay que planificar cómo se va a hacer, y comprometerse, poniéndolo, por ejemplo, por escrito y con tu firma en la puerta de la nevera o el corcho. “Una estrategia que puede ayudarte es, por ejemplo, proponerte poner el móvil en modo avión desde las 8 de la tarde hasta las 8 de la mañana del día siguiente, variando ligeramente el horario el fin de semana en función de tus actividades. Debes mantener el plan al menos durante un mes para empezar a vencer tus resistencias internas e incorporar el nuevo hábito”, aconseja Paoli.
- Existen también aplicaciones para controlar el uso del móvil. Así, la mayoría de smartphones incluyen una función llamada “tiempo de uso” que permite hacer un seguimiento periódico de la cantidad de tiempo que dedicas al uso del móvil, así como comprobar en qué lo hemos utilizado más (en qué aplicaciones o tipos de uso). Con estas herramientas se podrá reforzar la voluntad y aumentar la productividad, o sea, tu vida productiva y sentir que se dedica más tiempo a los realmente importa y aporta.
La importancia de la motivación
Para mantener la voluntad de cambio será necesario un buen motivador. Así, la experta aconseja recurrir al locus de control (LOC) interno. Las personas con LOC interno tienden a percibir que sus actos y las consecuencias derivadas de estos dependen de su propio control, por lo que suelen asumir mayor responsabilidad, se muestran más optimistas, tienden a realizar acciones encaminadas a preservar su salud, etc. Así, remarca que es importante preguntarse para qué voy a hacer este cambio. “Una posibilidad es imaginar todo lo que podrás hacer cuando adquieras el hábito de desconectar y dediques menos tiempo a vagar sin rumbo por internet, por las redes o por ciertas aplicaciones”, nos cuenta.