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Pareja

¿Miedo a enamorarte? Se llama filofobia y tiene solución

Si establecer un vínculo emocional con otra persona se aleja de la ilusión y la felicidad puede que padezcas este trastorno


Actualizado 13 de febrero de 2020 - 19:18 CET

Coloquialmente hablando decimos que alguien “tiene una coraza” cuando le cuesta comenzar una relación sentimental evitando así que le hagan daño. Pero esta barrera emocional no es otra cosa que el miedo a enamorarse. Y este tiene una nomenclatura más especializada conocida como filofobia. Una patología en la que el sujeto rehúye de entablar una relación romántica con otra persona debido al alto nivel de estrés que experimenta, así como a una serie de miedos irracionales que pueden condicionar el día a día de quien lo sufre. Pero hay ocasiones en las que esa fobia se lleva al extremo hasta el punto de tener miedo a sentir el amor de familiares y amigos. No debemos confundirlo con el nerviosismo típico de los comienzos de una relación, cuando uno padece filofobia, hay una clara ausencia de ilusión y del bienestar típico que provoca el inicio del enamoramiento. Por lo general esta fobia surge de una experiencia traumática anterior que la persona no ha sabido afrontar correctamente. Una separación, una pérdida o una traición amorosa también pueden crear traumas que tardan en curar y que pueden derivar en este miedo a enamorarse.

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El miedo a enamorarse se llama filofobia © Gtresonline
Lo que conocemos como 'tener una coraza' no es nada más que el hecho de tener miedo a enamorarse o como dicen los expertos, tener filofobia

Leer: 'Yo siento' vs. 'Tú me haces sentir': cómo el lenguaje puede cambiar el rumbo de una pareja

¿Cuáles son los síntomas?

Por lo general el filofóbico suele caracterizarse por ser alguien retraído, una persona que evita mostrar sus verdaderos sentimientos. Simplemente está eludiendo que le hagan daño de nuevo y volver a pasar por la experiencia de sentirse vulnerable, pero hay que aprender de los errores y no evitar el amor, al menos hasta el punto de que el miedo dirija nuestra vida.

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Al ser un mecanismo de defensa, las personas que padecen filofobia suelen experimentar síntomas similares a la ansiedad extrema como temor, o nerviosismo. Reprimen sentimientos y si la fobia llega a su punto álgido, pueden incluso evitar el contacto hasta el punto de aislarse. De hecho, si se encuentran en una situación de cercanía emocional con otra persona, aparecerá una sintomatología parecida a la de un ataque de pánico con dificultad para respirar, temblores y sudoración, entre otros indicios. Afortunadamente los filofóbicos tienen la solución al alcance de la mano, acudiendo al especialista que, tras analizar su situación personal, sabrá qué terapia aplicar.

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La filofobia está provocada por una experiencia traumática anterior que no se ha sabido gestionar adecuadamente.

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La solución

La filofobia sí tiene cura. Solo hay que saber identificar si padecemos algunos de los síntomas, pero sobre todo si damos con la raíz del problema que como hemos comentado, suele ser una relación traumática anterior. Acudir a un especialista nunca está de más y es él precisamente, quien nos ayudará a superar este miedo. Para ello habrá que saber reconocer cuál es la base del problema, para estar bien y así liberarnos del miedo que nos impide disfrutar de una manera saludable de nuestras relaciones sentimentales y afectivas.

  • El psicoterapeuta nos dará las herramientas para gestionar nuestras emociones. Entre ellas, técnicas de respiración que nos lleven a relajarnos. Practicar mindfulness o disfrutar de nuestras actividades de ocio preferidas son también una buena vía de escape para gestionar el estrés.
  • Es importante expresar nuestros miedos: algo que nos ayudará será abrirnos poco a poco con nuestro círculo cercano, poniéndole nombre a nuestras sensaciones. Verbalizar lo que nos pasa puede que nos haga verlo todo de diferente manera, y entendamos que todo es una etapa consecuencia de una mala experiencia pasada.
  • El tiempo, nuestro mayor y también nuestro peor enemigo: darse tiempo es algo vital para ir asimilando qué nos está pasando. Las prisas no son buenas y menos cuando hablamos de sentimientos. Superar una fobia requiere de tiempo para que nuestra mente se adapte a los cambios, por lo que de nada servirán las prisas por encontrar una nueva pareja. Conocernos de nuevo, y buscar una nueva forma de ser felices es algo que requiere de tiempo.

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