Hace apenas unos días nos encontrábamos con la noticia de que David Muñoz se había visto obligado a dejar de lado uno de sus deportes preferidos, el running. La razón de este obligado retiro temporal la tenía un problema físico que le impide hacerlo a pleno rendimiento: una dismetría. “Dos meses después de correr la maratón de Valencia y sin poder volver a correr (de momento), y después de varios años con diferentes problemas, he encontrado el origen de mis dolores varios, y cómo ha ido degenerando en otros problemas en cadena. Tengo una dismetría de 2 centímetros, una auténtica brutalidad según me explican... y una de las consecuencias es esa cadera y pelvis desviada y caída, y todo lo que ello ha provocado en mi cuerpo en estos años”, explicaba junto con la imagen de una radiografía de su cadera.
Un 10% de la población la padece
La primera pregunta que tal vez te surge es saber qué es exactamente una dismetría. “Es la diferencia en la longitud de las extremidades inferiores; puede ser por exceso (hipermetría) o, lo que es más frecuente, por defecto (hipometría)”, nos cuenta Daniel Molina, educador físico y director del centro Analítica Muscular, quien nos explica que estas diferencias se pueden deber a diversos factores. Por ello, es fundamental distinguir cuándo una dismetría es estructural, y entonces sus causas son óseas como traumatismos o lesiones en el cartílago de crecimiento que puedan producir detenciones en el crecimiento óseo, problemas del feto durante el periodo de gestación o tumores e infecciones, de cuando es funcional. En este último caso se debe a problemas de base en la espalda, lesiones de base muscular, como contracturas, atrofias o roturas del músculo, problemas de alineación en los miembros inferiores… “Normalmente un 10% de la población sufre dismetría, pero no presenta patologías ni discapacidades, ya que la diferencia de longitud es menor de 10 mm”, nos explica el experto.
Relacionado: Ejercicios que te ayudarán a relajar las contracturas y la tensión muscular
¿Cómo puede afectar a nuestro rendimiento físico?
Ante este problema, una persona deportista que, por ejemplo, practique running -como es el caso del conocido chef- puede plantearse cómo puede llegar a repercutir en su rendimiento. “Cuando la diferencia es muy pequeña, apenas se aprecia y el cuerpo lo resuelve por sí mismo adaptándose al desequilibrio, pero cuando es mayor a 1 cm, se necesita tratamiento, ya que suele traer consecuencias ascendentes en el tobillo, rodilla, cadera, desequilibrio en la pelvis y hasta una escoliosis en la columna vertebral que puede llegar a causarnos dolor y limitarnos a la hora de realizar un ejercicio físico”, nos explica el experto, que añade que las descompensaciones musculares son habituales en la dismetría, por lo que pueden dar lugar a lesiones con mayor facilidad. “Además, si contamos con dolor de espalda, cuello, cabeza o dolor en la zona lumbar nuestro rendimiento físico será menor”, puntualiza.
Relacionado: Esta es la postura correcta cuando haces 'running'
Ejercicios recomendados en este caso
Una vez valorado el problema, hay que ver cuáles son los ejercicios recomendables para corregir estos posibles desequilibrios en el tren inferior. “En Analítica Muscular utilizamos técnicas de terapia manual y ejercicios terapéuticos específicos para tratar de normalizar las compensaciones extremidades inferiores, lumbares o pelvis. Los ejercicios y el plan de entrenamiento deben ser planteados siempre tras una valoración y estudio personalizado del paciente”, nos cuenta el experto que da, en cualquier caso, unas recomendaciones generales: “Lo importante es equilibrar y fortalecer los músculos, para lo que existen varios ejercicios como las sentadillas (a una pierna, frontales, de sumo…), las zancadas, Skipping estático, elevación de cadera a una pierna… Y si la dismetría no es leve, recomendamos evitar los deportes de impacto, como correr, ya que traerá consigo molestias y lesiones”.
Relacionado: ¿Sabes a qué lesiones te expones a la hora de entrenar en el gimnasio?
Un plan de entrenamiento personalizado
La duda que nos surge es qué soluciones se plantean para que podamos seguir haciendo ejercicio físico pese a este problema. “Es fundamental adaptar el deporte a nuestra condición, esto no quiere decir limitarnos, sino personalizar los ejercicios y deportes a nuestro cuerpo. El paciente debe acudir a varios expertos (traumatólogos, podólogos, fisioterapeutas y educadores y reparadores físicos) para que en conjunto valoren la situación del paciente y creen un plan de acción totalmente individualizado”, concluye.