Hacer dieta nunca es fácil, pero cuando llega el fin de semana las tentaciones se multiplican y pueden tirar por la borda todo tu esfuerzo. ¿Sabés que si te descuidas mucho podrías llegar a engordar dos kilos en esos dos días?
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En fin de semana no tiene porque suponer el fin de tu dieta si sigues estos cinco consejos:
1 - Piensa y arma tu menú con antelación
Si has quedado para cenar, procura informarte a qué sitio irás y qué tipo de comida ofrecen. En muchos restaurantes tienen opciones vegetarianas o bajas en calorías, pero si no fuera el caso, basta con que busques platos permitidos en tu dieta. Aunque obsesionarte con las calorías no es recomendable, en situaciones así, sirve para que lleves un registro de cuántas estás consumiendo.
No hace falta que te vuelvas abstemia en las reuniones sociales, aunque ayuda mucho en una dieta para perder peso, puedes ‘engañarte’ con bebidas saborizadas, sin azúcar y bebiendo mucha más cantidad de agua que de alcohol. Si te pierden los postres pero no quieres comenzar de 0 con tu dieta el lunes por la mañana, comparte plato. Pide un postre que te guste mucho, pero cómelo con otras personas.
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2 - Utiliza la regla de la compensación
No solo las reuniones sociales conjuran en contra de cualquier dieta.El tiempo libre, el aburrimiento o las actividades sedentarias aumentan el riesgo de subir de peso.
Si el fin de semana te levantas tarde, no comas un plato abundante, con alto contenido calórico y en grasas saturadas. Busca siempre compensar, reemplaza el gimnasio por paseos caminando o en bicicleta. Si quieres darte un ‘permitido’ escógelo bien y que sea solo uno y a cambio de ese gusto, reduce las calorías en la comida del día siguiente.
3 - Descansa y haz ejercicio
Sí, las dos actividades ayudan a perder peso. Dormir bien equilibra el organismo y disminuye la ansiedad. Aprovecha el fin de semana para dormir ocho o nueve horas. Si te apetece tumbarte en el sofá con una manta y ponerte al día con las series, también estás quemando calorías. Sin embargo, procura no hacerlo con palomitas de maíz con mantequillas, botellines de cerveza o una tableta de chocolate. Puedes acompañar el plan de frutas o frutos secos (la cantidad justa para no excederte).
Utiliza estos días para hacer planes deportivos que, entre semana, te resulta imposible realizar. Invita a tus amigos a una ruta de senderismo por la sierra, a montar a caballo o probar habilidades con patines. Todo lo que implique moverse es bueno, genera endorfinas, disminuye el estrés y quema calorías.
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4- Mantente ocupada los fines de semana
Hacer vida social, salir en pareja o visitar a tu familia es parte de tu salud emocional y es muy recomendable, estés o no a dieta. Aprender a comer es esencial si no quieres volver a ganar peso una vez que alcances tu objetivo. Si te vuelves una ermitaña que no sale de casa es probable que busques en la comida la satisfacción, la diversión y el entretenimiento. Como ya sabes, la comida es esencial, pero nunca hablará contigo, escuchará tus problemas o te invitará a su casa.
Descuidar la vida social por estar a dieta es descuidarte a ti misma, es poner en riesgo todo lo que te hace bien, te motiva, te da alegría e ilusión de vivir. Evita tentaciones innecesarias y comparte con tu círculo íntimo el proceso de pérdida de peso en el que te encuentras. Podrán ayudarte y cambiar de planes si fuera necesario.
5 - Motívate y premia tus logros
El fin de semana aprovecha para motivarte. Anímate a llevar a esos vaqueros que, otra vez, puedes volver a ponerte. No importa que tan ajustados te queden o que ya no estén de moda. La idea es decirte a ti misma, durante un buen rato, que puedes con los kilos que te faltan y que no echarás a perder la dieta en dos días.
Regálate alguna prenda atrevida, que quieras lucir con tu nueva talla o que llevas tiempo deseando tener en tu armario. Haz algo que verdaderamente te guste y refuerce las metas que tienes trazadas. Si vas de tiendas aprovecha para ir caminando.
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