Cuando llevamos tiempo intentando tener un hijo y no conseguimos nuestro objetivo, acudir al personal médico experto en la materia no hace más que despejar nuestras dudas y quizá nos ponga en la línea a seguir para optimizar las circunstancias que nos lleven a lograr un embarazo.
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Como en todo lo relacionado con el bienestar ya sea físico o mental, una buena dieta y unos hábitos de vida saludable es lo primero a tener en cuenta. Estar en un peso correcto es uno de los puntos clave en los que los especialistas en reproducción inciden, no solo para conseguir la concepción, sino también para que la gestación se lleve a cabo sin problemas y el parto se desarrolle con total normalidad.
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La doctora Fulvia Mancini, experta en reproducción asistida y directora de Clínicas Eva, deja claro quelo que influye en la fertilidad es por cuánto tiempo se mantiene una dieta y, especialmente, qué tipo de regimen se lleva a cabo. Descartando así que el problema venga porque una persona, ya sea hombre o mujer, quiera perder peso y por tanto esté poniendo en riesgo la probabilidad de convertirse en padres. A este respecto, la doctora es clara: “La fertilidad puede verse afectada a largo plazo por dietas extremas para adelgazar”.
Dietas hiperproteicas y disociadas
En este sentido, la ginecóloga hace hincapié especialmente en las denominadas dietas hiperproteicas y las disociadas porque “contribuyen a tener unas carencias nutricionales y un efecto rebote muy importante”. Ambas pueden afectar tanto a la función renal como a la hepática, con todos los problemas que implican para nuestra salud.
Mientras las hiperproteicas se basan en un consumo excesivo de proteínas y provocan la llamada acidosis al suprimir el consumo de hidratos; las disociadas se asientan en perder peso sin mezclar determinados grupos de alimentos como los hidratos y las proteínas, y estos a su vez de otros alimentos como la verdura y la leche. Pero donde la Dra. Mancini incide en mayor medida en una idea: “cualquier dieta que no sea equilibrada no es correcta y terminará por pasarnos factura”. Es por eso que recomienda una dieta que contenga proteínas, carbohidratos, oligoelementos, vitamintas y grasas.
La obesidad, enemiga de la fertilidad
El estilo de vida sedentario que rige la actualidad y la alimentación basada, en muchos casos, en alimentos ultraprocesados no han hecho más que ayudar a que los índices de natalidad en España sean tan bajos como en 1943. La obesidad es la gran lacra del siglo XXI y es la mayor enemiga de la fertilidad. Dificulta el embarazo pero, además, según numerosos estudios, también puede provocar serios problemas durante la gestación y entorpecer el desarrollo normal del feto.
Estos mismos análisis concluyen que los hijos de padres obesos podrían heredar esa predisposición a tener sobrepeso, así como a desarrollar algunas enfermedades relacionadas con la salud cardiovascular, diabetes o cáncer. Pero la obesidad influye tanto en la reproducción femenina como en la masculina. Por lo que la pérdida de peso y cambiar de hábitos es algo que influye en los dos padres. Las recomendaciones de los expertos son, por tanto, además de llevar a cabo una dieta equilibrada (siempre supervisada por un nutricionista), hacer deporte a diario una media de 30 o 45’ donde caminar puede ser la base del entrenamiento.
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Mientras que a los hombres se les recomienda aumentar la ingesta de alimentos ricos en antioxidantes para mejorar la calidad del esperma, a las mujeres se les aconseja llevar una dieta rica en verduras, frutas, cereales, lácteos y legumbres, que garantizarán tener unos buenos depósitos de óvulos que ayuden a lograr el embarazo. Hay que hacer especial hincapié en el ácido fólico, que se encuentra en pescados como el salmón, el tomate, las zanahorias y las verduras de hoja verde, además de en legumbres y semillas o granos, como la avena y la quinoa.