No sé sabe qué causa el cáncer de mama. Pero sí se conocen algunos factores que aumentan la probabilidad de sufrirlo. Por ejemplo, las mutaciones u otros síndromes genéticos. Así, los antecedentes familiares o personales pueden suponer un riesgo, pero en un gran porcentaje de los tumores detectados no existe relación familiar. Hay otro factor que quizá no tenemos tan en cuenta: el tipo de pecho que tienes. De hecho, advierten los expertos, si tus mamas son más densas el riesgo de sufrir un tumor es hasta cinco veces mayor.
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La incidencia del cáncer de mama aumenta pero las muertes disminuyen
Cada año, en España se diagnostican más de 32.500 casos nuevos de cáncer de mama, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Esto hace que esta enfermedad neoplásica se convierta en el tipo de cáncer más frecuente en la mujer.
Detrás de este aumento está el abandono de un estilo de vida saludable. Por ejemplo, la obesidad, el estrés o el sedentarismo. La buena noticia es que los fallecimientos por esta causa disminuyen y nuestro país tiene, de hecho, una de las tasas de mortalidad más bajas de Europa. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) detalla que la supervivencia media cáncer de mama el año pasado fue del 86%. La detección precoz gracias a las mamografías y el avance en los tratamientos lo ha permitido.
Ahora bien, hay asignaturas pendientes. Por ejemplo, realizar más pruebas a todas las mujeres con mamas más densas. Y es que se ha visto que este tipo de pecho tiene más probabilidad de desarrollar un tumor. El inconveniente es que también se detecta peor.
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Cuatro tipos de mamas y diferentes riesgos de cáncer
Existen cuatro tipos de mamas según su densidad. Según esta, la visualización de un tumor que pueda alertar de un posible cáncer de mama es diferente
Tipos A y B
- Mama grasa: predomina la grasa sobre el tejido mamario. En este caso, el diagnóstico es muy sencillo.
- Mama grasa con densidades fibroglandulares dispersas: al igual que en la tipo A, predomina la grasa, pero la mayor parte del tejido mamario es no denso. Presenta áreas dispersas de tejido fibroso y glandular.
Tipos C y D
- Mama heterogéneamente densa: este tipo de mama tiene el tejido heterogéneamente denso y su composición puede dificultar la detección de bultos que podrían ser malignos.
- Mama muy densa: mama con tejido extremadamente denso. Es el tipo de mama más difícil de diagnosticar.
Debido a que, como decíamos, en un gran porcentaje de tumores no hay antecedentes que permitan sospechar que se puede sufrir un cáncer de mama, el cribado en todas las mujeres, según su edad pero también, su tipo de mama, es fundamental. Y es que, en concreto, “los tipos de mama C y D tienen hasta cinco veces más riesgo de padecer un cáncer de mama que las A y B y más riesgo de que, cuando aparezca, no sea detectado a tiempo debido a la densidad de su tejido”, explica la doctora Pérez Rodrigo. Es, por tanto, importante que cada mujer sepa cuál es su tipo de mama, que podrá verlo en el informe radiológico una vez se haya realizado la mamografía, algo que puede consultar a su propio médico o ver en el informe radiológico. En este, se utiliza el sistema BI-RADS (Breast Imaging Reporting and Data System) que, además de facilitar la interpretación y comunicación de los resultados de una mamografía/ecografía mamaria, clasifica las mamas según su densidad (cantidad de grasa o tejido mamario) en los cuatro grupos que mencionábamos.
Más jóvenes, más densas y de más difícil diagnóstico
"Se ha comprobado estadísticamente que existe una asociación entre la densidad mamaria y el riesgo de cáncer de mama. Igual que también se ha visto asociación entre otros factores, como por ejemplo, el estilo de vida, la obesidad o el ejercicio físico. Así, una paciente concreta con una mama densa tiene más riesgo de cáncer de mama que esa misma paciente si tuviese mama grasa. Además, esta densidad impide que se diagnostique de la misma manera el cáncer", explica a ¡HOLA! la doctora Silvia Pérez Rodrigo, jefa del Servicio de Radiología de la Mama en MD Anderson Cancer Center Madrid.
Por otro lado, continúa la especialista, "esta situación se da frecuentemente en mujeres jóvenes, en las cuales, además el tipo de cáncer que suelen tener es del subtipo triple negativo, es decir un tipo de cáncer de más rápido crecimiento y apariencia radiológica de menor sospecha, por lo que se detecta más tardíamente el cáncer. Además a estas pacientes muchas veces no se les hace control anual con mamografía o mamografía con ecografía. De ahí la importancia de incidir en que hay que hacer revisiones anuales desde los 40 años al menos con mamografía. En estos casos de mamas densas, los radiólogos recomendamos completar la mamografía con ecografía o con tomosíntesis (mamografía 3D) debido precisamente a que los nódulos (ya sean benignos o malignos) pueden pasar desapercibidos en estos tipos de mama. Es importante por tanto que cada paciente conozca su tipo de mama para saber cuál es su riesgo y cómo debe ser su seguimiento".
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Mamografía, ecografía o resonancia magnética
En pacientes sanas (asintomáticas) se recomienda realizar mamografía anual a partir de los 40 años, tanto si se tiene una mama densa como si no. La diferencia estriba en que si se tiene la mama muy densa se deberá completar el estudio con una ecografía o, incluso a veces, con RM mamaria (resonancia magnética) o biopsia. "Muchas pacientes se asustan cuando se les recomienda una prueba adicional a la mamografía pensando que han encontrado algo malo. No tiene por qué se así. Simplemente se hace para quedarnos completamente tranquilos". Una mama grasa, en cambio, es posible que solo necesite un seguimiento con mamografía.
"En pacientes sanas pero con riesgo o mutación genética el seguimiento cambia. En algunas ocasiones, hay que empezar antes de los 40 pero a edades menores de 35 años la mamografía no está indicada de forma anual debido a la radiación, por lo que en pacientes muy jóvenes el seguimiento se realizará con RM mamaria y ecografía. A partir de los 40 con RM mamaria y mamografía anuales. Además las últimas recomendaciones aconsejan que si la paciente tiene una mutación BRCA 1 (como la de Angelina Jolie) se realice sólo la RM mamaria anual. En estos casos, se restringe el uso de la mamografía porque estas pacientes tienen mayor sensibilidad a la radiación y aún recibiendo la misma radiación que una paciente normal, tienen más riesgo de padecer cáncer de mama", advierte la doctora Silvia Pérez Rodrigo.
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Hábitos de vida saludable, la mejor prevención frente al cáncer
Por último, no hay que olvidar que adoptar un estilo de vida saludable es el mejor método para reducir el riesgo de sufrir esta enfermedad así como otros tipos de cáncer. En este sentido, la Sociedad de Oncología Médica ha lanzado una campaña en la que insiste en la necesidad de dejar atrás los hábitos nocivos. Por ejemplo, destacan los miembros de la SEOM, hay que luchar contra la obesidad. “Hoy ya disponemos de evidencia suficiente para asociar de manera causal la obesidad con al menos nueve tipos de cáncer -mama, útero, colon, riñón, vesícula biliar, páncreas, recto, esófago y ovario- y saber que su impacto en la incidencia es de unos 450.000 casos de cáncer anuales en el mundo. Por ello, es importante tomar medidas para evitar la obesidad”, alerta su presidente, el doctor Álvaro Rodríguez-Lescure.
Esta sociedad médica ha lanzado una campaña en la que se advierte de que con un estilo de vida saludable se puede evitar un 40% de los cánceres. Y cuando no se puede y ya tienes cáncer, como con unos buenos hábitos de vida se mejora el pronóstico y se evitan recaídas. “Este último mensaje consideramos que es novedoso y es de gran calado para la población general y para los pacientes con cáncer”, concluye el doctor Rodríguez-Lescure, presidente de SEOM.