El enamoramiento es uno de los fenómenos que desata los estados físicos y emocionales más extremos. Puede generar un sentimiento de alegría y felicidad intensa, sensación de euforia, temblores, pérdida de apetito, aumento de la frecuencia cardíaca y hasta alteración del ritmo normal del sueño. Cuando estamos enamorados sentimos que podemos con todo y que seríamos capaces de hacer cualquier locura por esa persona por la que nos sentimos fuertemente atraídos. Sin embargo, las hormonas juegan un papel fundamental en este proceso y este huracán emocional suele atenuarse con el paso del tiempo: no dura eternamente.
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¿Bomba química?
Toda esta magia esconde una explicación científica. El amor es una 'bomba química' de neurotransmisores, hormonas y feromonas de felicidad, pero también puede serlo de dolor. Las regiones cerebrales relacionadas con la recompensa y la motivación se activan cuando pensamos en nuestra pareja ideal, entre ellas el hipocampo, el hipotálamo y el córtex del cíngulo anterior. Al activar estas áreas se inhibe el comportamiento defensivo, se reduce la ansiedad y aumenta la confianza en la pareja.
La oxitocina y la casopresina son las dos sustancias clave en el enamoramiento y consiguen que el sistema de recompensa dopaminérgico estimule la liberación de dopamina, un neurotransmisor que regula el placer, a través del hipotálamo. Los niveles de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, disminuyen, mientras el incremento de dopamina crece hasta unos límites altos.
La duración del enamoramiento, conocido también como amor pasional, ha sido estudiado desde el punto de vista científico. Investigadores de la Universidad de Pisa (Italia) realizaron para dar respuesta a este enigma y los resultados determinaron que el efecto de estos procesos neuroquímicos duraba entre dos y cuatro años. Pasado este período de tiempo, el cerebro se adapta y vuelve a la 'normalidad'. Cabe destacar que la etapa de enamoramiento no dura lo mismo en todas las personas, aunque en la mayoría de casos se produce un descenso del interés y muy a menudo de la atracción, lo que conlleva en algunos casos el fin de la pareja.
Etapas de una relación
El enamoramiento es un primer estadio que antecede al amor o desamor. Una vez acabadas las frenéticas sensaciones iniciales por estar con la otra persona, se crea un vínculo más profundo que inevitablemente hace disminuir la intensidad. Según el psicólogo John Gottman, autor del libro Principa Amoris: The New Science of Love, el amor romántico tiene tres fases bien diferenciadas que van apareciendo de forma progresiva.
- Enamoramiento: como ya hemos mencionado, esta primera fase desencadena una cascada de hormonas y neurotransmisores. La ilusión, los cambios rápidos del estado de ánimo y los deseos por ver a la otra persona son algunos de los sentimientos propios del enamoramiento
- Amor romántico: la segunda fase está destinada a la construcción de la confianza en la pareja. Las discusiones y crisis son habituales en esta etapa, en la que pueden aparecer sentimientos de frustración, tristeza o decepción. La comunicación y la empatía son las herramientas fundamentales para salir airosos de la segunda fase y reforzar los lazos afectivos
- Amor maduro: significa la consolidación de un compromiso real. La confianza es la base más sólida entre los miembros de la pareja y el amor pasa a un nuevo estadio en el que se da importancia a sentimientos como el apego y el cariño