No se trata de comodidad, sino de sobrevivir". Esa es la contundente respuesta de Paulina Villalonga al preguntarle cómo consiguió adaptarse al día a día en su aventura en la Antártida. Sabía que le iban a faltar muchas cosas de su vida cotidiana, que no iba a poder ducharse en dos semanas, que tenía que racionar la comida... "Para el desayuno y la cena teníamos alimentos secos que mezclábamos con agua hirviendo. Durante el día, mientras caminábamos, hacíamos entre entre 8 y 9 meriendas. Siendo vegana y alérgica a las nueces, comía chocolate, ositos de goma... y, a veces, galletas veganas", nos cuenta la hija de Adriana Abascal y Juan Villalonga. En este vídeo, podemos ver cómo fue su estancia en el campamento base Union Glacier y nos muestra su truco para ahorrar agua, una de las formas de contribuir a la conservación del planeta.