Cuando piensas en una sauna, la mente se traslada directamente a un momento de puro relax. A esos paréntesis en los que puedes dedicarte a cuidar tu organismo, por dentro y por fuera. No es extraño que muchos rostros conocidos se apunten también a disfrutar de sus beneficios, como hemos podido comprobar recientemente, cuando veíamos a Victoria Iglesias compartiendo una imagen en sus redes sociales en la que aparecía justo antes de entrar en ella para disfrutar con su hermana Cristina, tal y como apuntaba en su comentario. La joven estaba a punto de aprovechar las bondades de una costumbre muy vinculada al bienestar y que nos traslada casi de inmediato a los países escandinavos, en concreto a Finlandia, donde es muy popular -de hecho, el término sauna proviene del finés-. Hemos querido buscar los beneficios de este tratamiento que se ha popularizado en los spas y centros de wellness de todo el mundo (dependiendo de la humedad relativa dentro del recinto la sauna puede ser húmeda o seca).
El calor seco de la sauna finlandesa
Esta estancia de madera, típica de los países del norte de Europa, es la que asociamos normalmente con una sauna clásica, y en ella el ambiente está dominado por un calor seco entre 80 y 100º C y por una humedad relativa del 15%. Tal y como nos cuenta Laura Gómez, directora médica del Balneario de Mondariz, “busca potenciar la sudoración, la eliminación de toxinas y la apertura de poros. Es perfecta como complemento a los diferentes circuitos termales”.
Múltiples beneficios
En opinión de los expertos del equipo termal de Caldea, alivia musculatura y las tensiones, produciendo una relajación muscular y psíquica. Además, elimina toxinas, mejora la circulación sanguínea y el sistema respiratorio. Y ofrece una sensación de calor que beneficia al bienestar general. Y es que no solo le viene bien a nuestra piel, a la que ayudamos a que se desintoxique, sino que favorece la relajación del cuerpo y la mente. Y es que la sauna nos ayuda a combatir el estrés.
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¿Tiene beneficios cardiovasculares?
“Una sauna puede servir para algo más que hacernos sudar. Un estudio, realizado en Finlandia, sugiere que los hombres que la usan habitualmente reducen su riesgo de tener eventos cardiovasculares fatales y la mortalidad por cualquier causa”, nos cuenta la doctora del conocido centro termal gallego. “El equipo de Jari A. Laukkanen, de la Universidad de Kuopio, analizó la asociación entre la sauna y el riesgo de muerte súbita cardíaca, enfermedad coronaria fatal y enfermedad cardiovascular fatal y mortalidad por cualquier causa en un grupo de 2.315 varones de mediana edad (entre 42 y 60 años) del este de Finlandia. Los resultados muestran que durante un seguimiento medio de casi 21 años, se produjeron 190 muertes súbitas, 281 casos de enfermedad coronaria fatal, 407 cardiopatías fatales y 929 muertes por todas las causas. En comparación con los hombres que dijeron que tomaban una sauna por semana, el riesgo de muerte súbita fue un 22% menor en el caso de dos o tres sesiones de sauna por semana y un 63% más bajo de cuatro a siete sesiones de sauna semanales”, nos cuenta. Los beneficios para la salud de las saunas se producen al aumentar la temperatura de la piel con la apertura de las glándulas sudoríparas, la humidificación de las vías aéreas y la sensación de relajación y bienestar que producen estos baños de vapor.
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¿Quién debe evitarla?
La doctora Laura Gómez explica que no se debe utilizar o hacerlo en cualquier caso con precaución, siguiendo prescripción médica, en los siguientes casos:
- Hipertensos.
- Personas con varices.
- Personas con cardiopatías
- Embarazadas.
Y es que dado que las elevadas temperaturas pueden producir bajadas de tensión y mareos, la sauna está contraindicada en personas con problemas de corazón y de hipertensión.
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Toma nota de estos consejos útiles para sacarle partido
-Los expertos de Caldea recomiendan una ducha de agua tibia antes de entrar.
-Conviene utilizar una toalla para sentarse o tumbarse una vez en la sauna para evitar quemarse con los bancos, así como por motivos higiénicos.
-Antes de iniciar una sesión de sauna se debe haber descansado entre 15 y 30 minutos. Y es que no es aconsejable el entrar a la sauna después de realizar esfuerzos físicos.
-Lo normal es permanecer un máximo de 15 minutos, aunque todo depende del usuario y lo habituado que esté a ella. En Caldea recomiendan una sesión de 8/10 minutos si es la primera vez, hasta un cuarto de hora si la persona está acostumbrada
-Hay que intentar mantenerse relajados. Antes de salir es aconsejable permanecer 2 minutos sentado y levantarse suavemente.
-Al salir, conviene darse un baño con agua fría para obtener los beneficios del contraste de temperaturas, insistiendo en las piernas para facilitar la mejora de circulación sanguínea.
-No hay que alargar el tiempo de estancia en la sauna por creer que cuanto más se sude más se adelgaza. Tan solo se pierden líquidos, que se recuperan con rapidez.
-Si tienes dudas sobre si te conviene el uso de la sauna, consulta con un médico antes de disfrutar de una sesión.