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Pareja

'Yo siento' vs. 'Tú me haces sentir': cómo el lenguaje puede cambiar el rumbo de una pareja

Es interesante reflexionar sobre cómo y desde dónde nos comunicamos con nuestra pareja cuando surge un conflicto


Actualizado 24 de enero de 2020 - 15:47 CET

Vivir en pareja no es sencillo. Pensar lo contrario, idealizar el amor romántico o crear falsas expectativas puede generar en ti un conflicto interno cuyas consecuencias acaben echando por tierra cualquier relación en la que te embarques. Un oportuno aterrizaje en la realidad es la única manera de construir una relación con vocación de estabilidad a futuro. Una herramienta para construir un vínculo sólido y presente.

Vivir en pareja no es sencillo, y requiere poner en marcha una serie de herramientas. La flexibilidad y la empatía son, por ejemplo, facetas que necesariamente habéis de desarrollar en vuestro día a día. La capacidad de ponerse en la piel del otro y de fluir hará que la maquinaria funcione más correctamente. Sin embargo, pensar que jamás habrá conflicto y que la evolución de la relación no traerá consigo dificultades, nuevamente nos estará colocando en el camino equivocado.

Sin comunicación no hay relación

La comunicación es, precisamente, una de las herramientas fundamentales para que una relación de pareja prospere y sea estable. Es importante que te comuniques de manera asertiva con el otro, que le hagas saber tus temores, necesidades o deseos. Como también que escuches sin juicio y de manera activa. Con todos los sentidos, estando en el momento presente. También que en este lenguaje demuestres tu responsabilidad, te hagas cargo de lo que es tuyo y no proyectes en tu pareja aquellos conflictos internos que no le pertenecen.

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Con el fin de trabajar esta responsabilidad, fíjate la diferencia entre decir 'yo siento' o decir 'tú me haces sentir'. En el primero de los casos, uno se presenta como un ser independiente y libre, que habla desde lo que siente; en el segundo caso, lo que en realidad estamos expresando es que nos libramos de cualquier tipo de responsabilidad, que acabamos colocándosela al otro. La primera lleva a la empatía y la segunda solo a entrar en una espiral de culpas.

Si te expresas desde el 'yo siento', te estarás haciendo cargo de tus propias emociones y podrás aprender de tus propios conflictos, favoreciendo el crecimiento personal. Además, estarás generando un clima de diálogo mucho más positivo, pues no estarás verbalizando una proyección de tus propios conflictos en tu pareja. Hacernos cargo de lo que hacemos, pensamos y sentimos nos permite dirigir la búsqueda de respuestas en nosotros mismos.

La responsabilidad adquirida

Si nos ponemos en el lado opuesto, ¿cómo nos resuena esta diferencia de lenguaje? Cuando nos están colocando una responsabilidad emocional que no es nuestra también podemos poner freno a la idea y, sobre todo, reforzar el mensaje de que, independientemente de las palabras que recibas, 'eso no es tuyo'. Responsabilizarnos de las emociones de los demás puede ser una gran carga para nuestro desarrollo individual. Podemos llegar a experimentar enfado hacia los demás e, incluso, enfado hacia nosotros mismos por sentir frustración al no poder cubrir lo que se te demanda. Sustituir la palabra 'culpa' por la palabra 'responsabilidad' también es un buen método para un lenguaje más saludable en el marco de la pareja y, por extensión, cualquier relación personal.