¿Quién no ha escuchado a sus abuelos hablar de la dieta que llevaban hace años? Esa en la que las patatas y las raíces eran la base de su alimentación cuando no había tanta variedad de alimentos al alcance del bolsillo. Aunque tubérculos, bulbos y raíces fueron, en una época, productos característicos de la escasez alimentaria, lo cierto es que en los últimos tiempos están encabezando la base de recetas, incluso, en la alta cocina. Sobre todo porque su textura, sabores y colores ofrecen una amplia posibilidad de preparar distintos platos aptos para cualquier paladar.
A pesar de que a simple vista podrían parecernos iguales, hay que diferenciar entre unos y otros. Por una parte, los tubérculos son un engrosamiento del tallo, crecen bajo la tierra y almacenan nutrientes y agua para la planta. Y, por otra, las raíces que fijan la planta al suelo y son las responsables de absorber los nutrientes
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Quizá en la agricultura nacional los productos que más conocemos son las patatas, zanahorias, rábanos, nabos, por supuesto ajo y cebolla; hay otros que, debido a sus propiedades nutricionales y al movimiento migratorio, están cobrando especial importancia en los hábitos de vida saludables que rigen en la actualidad. De hecho, muchos de estos alimentos son el modus vivendi de países latinoamericanos como Costa Rica, uno de los principales productores de raíces y tubérculos. Boniato, yuca y de una manera especial el jengibre, han llegado pisando fuerte para quedarse a formar parte nuestros platos, snacks y hasta bebidas. Tanto unos como otros son fuente de vitaminas, mineras y fibra. La mayoría de ellas son la base a la hora de cocinar sopas, cremas o purés e incluso para recetas ligeras, ideales para aperitivos, meriendas o picar entre horas sin preocuparnos de las calorías ingeridas
Boniato
También conocido como batata es, al igual que la patata, un alimento que no se puede consumir en crudo. Su carne anaranjada es su seña de identidad. Rico en vitamina A, C y E y fuente de ácido fólico, manganeso y potasio, últimamente es el protagonista de aperitivos y snacks saludables. Basta con cortarlo muy fino, ponerlo al honor durante unos minutos y obtendremos un aperitivo sano que nada tiene que envidiar a las eternas patatas fritas
Yuca
Es el tubérculo más utilizado en la gastronomía latinoamericana. Tiene un sabor neutro y tiene un color entre blanco y amarillo. También debe comerse cocinado, admitiendo todo tipo técnica ya sea hervido, al vapor, a la plancha o al horno. Es bajo en calorías y rico en calcio y vitamina K
Jengibre
Este tubérculo, originario de la cocina asiática, es un alimento rico en potasio. Su sabor picante y su aroma lo distinguen de otras variedades. Además de las galletas navideñas, el jengibre está cobrando cada vez más fuerza en nuestra dieta mediterránea tomándolo ya sea fresco, seco o en polvo, tanto en postres como zumos o infusiones
Rábano
Aunque su apariencia podría llevarnos a confundirlo con un tubérculo, el rábano es una raíz muy utilizada para ensaladas. Fuente de ácido fólico y vitamina C, como curiosidad cabe destacar que el rábano japonés es el alimento a partir del que realiza el wasabi, la pasta verde picante que acompaña al sushi
Zanahoria
Es una de las raíces más conocidas a nivel mundial y también una de las más utilizadas debido a su versatilidad a la hora de preparar platos y bebidas. Los betacarotenos responsables de su tono naranja, son su principal seña de identidad. Es rica en vitamina A y fuente de ácido fólico, y aunque su uso suele asociarse a la llegada del verano para así incentivar el moreno de la piel, los expertos recomiendan su consumo durante todo el año. En crudo, zumos y en puré, si se está siguiendo una dieta de adelgazamiento, hay que tener especial cuidado a la hora de su cocinado
Cebolla y ajo
Estos dos bulbos aportan, tanto juntos como por separado, numerosos beneficios para la salud. Ricos en vitamina C y B, entre sus principales ventajas, está la de reducir los cálculos biliares. Pero además son una gran fuente de selenio, un potente antioxidante indispensable en fortalecer el sistema inmunológico. Su consumo, ya sea como condimento o parte principal de un plato, ayuda a reducir el riesgo de infarto, el colesterol malo y además son importantes para combatir el estrés y las infecciones bacterianas o víricas
Patata
Es el tubérculo por antonomasia y uno de los pilares de nuestra alimentación. En España se cultivan más de cien variedades. Entre los beneficios de la patata merece la pena destacar su gran aporte en potasio, un mineral que contribuye de manera muy positiva a combatir la hipertensión por sus propiedades vasodilatadoras y diuréticas. Además, es una fuente de vitamina B6, que contribuye a regular los niveles de glucosa en sangre, ayuda a la producción de anticuerpos, hemoglobina y a mantener una función neurológica normal.
Trufa
A pesar de ser un hongo, pertenece a la familia de las Tuberaceae. Su uso data del antiguo Egipto, pero no ha sido hasta hace unos años cuando ha cobrado mayor importancia al ser uno de los alimentos de mayor calado en la alta cocina. A pesar de su variedad solo tres son las más usadas en el mundo. En España se recolecta algo más del 50% de la producción mundial de trufa negra. Su aroma y sabor únicos hacen que sea un manjar de lo más solicitado y exclusivo cuya distribución, además de en crudo, se hace en aceite