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Alimentación saludable

Estos son los beneficios de incluir el kefir en tu dieta

Es un producto de origen caucásico que mejora la flora intestinal y contiene muy pocas calorías.


Actualizado 23 de enero de 2020 - 13:24 CET

El kéfir, también llamado yogur búlgaro, es una leche fermentada que mejora la flora intestinal y la inmunidad, gracias a las bacterias y a las levaduras probióticas que contiene.

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La producción de este alimento es muy sencilla, se parece a la preparación del yogur casero, aunque también se consigue en ecotiendas y algunos supermercados. El kéfir, por su característica probiótica, combate el estreñimiento, mejora la digestión y ayuda al tránsito intestinal. Su composición previene y alivia la gastritis y fortalece el sistema inmunológico, gracias a que regula la flora intestinal.

Existen dos tipos diferentes de kéfir, el de agua y el de leche. La diferencia entre uno y otro es que el de agua no necesita lactosa para producir la fermentación, lo hace a través del azúcar que se le añade.

Leer más: ¿Por qué no deberías consumir productos sin lactosa si no eres intolerante?

¿Cómo puedes hacer kéfir en casa?

Si te animas a prepararlo en casa, el proceso es muy fácil. Solo necesitas leche o agua y los granos de kéfir. Los granos de este producto, que son la esencia del alimento, pueden comprarse en tiendas aunque, entre usuarios habituales, lo más común es regalarlo. Los granos de kéfir se cultivan en agua y se multiplican con facilidad, seguramente encuentres un amigo que pueda donarte los primeros granos y luego continuar tu propia producción.

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El kéfir, también llamado yogur búlgaro, es una leche fermentada que mejora la flora intestinal y la inmunidad, gracias a las bacterias y a las levaduras probióticas que contiene.

Una vez dispongas de los granos de kéfir puedes prepararlo de agua o de leche. Para hacer kéfir de leche, se colocan 100 gramos de estos granos y un litro de leche, que puede ser de vaca o de cabra, en un recipiente de vidrio. Es importante que la fermentación no esté en contacto con metales. Se deja durante veinticuatro horas en temperatura ambiente, puedes llevarlo a la nevera si prefieres demorar su fermentación. Una vez transcurrido el tiempo debes colarlo para separar los granos de kéfir de la leche. Los granos se guardan en leche fresca y puedes repetir el proceso todas las veces que quieres. El líquido que obtienes, después de colar, puedes refrigerarlo o consumirlo en ese momento.

El proceso para hacer kéfir de agua es muy similar, se reemplaza la leche por agua y se agrega 60 gramos de azúcar. Puedes añadirle unas gotitas de limón o naranja si quieres darle sabor. La fermentación, al ser en agua y azúcar, lleva entre dos y tres días.

Leer más: Trucos para evitar una mala digestión

¿Sirve el kéfir para perder peso?

El kéfir se puede incorporar en dietas para adelgazar porque contiene muy pocas calorías, 37 calorías cada 100 gramos. Algunas dietas sustituyen los yogures por este producto, que puedes endulzar con miel o con frutas para que tenga algo más de sabor.

En ocasiones se lo utiliza en batidos pero ten en cuenta que no debe reemplazar ninguna comida, salvo indicación médica. La pérdida de peso se produce si el kéfir acompaña una dieta equilibrada.

Cuidados y contraindicaciones

Este producto no está recomendado para pacientes con enfermedades gastrointestinales. Por lo que si sufres una de ellas, consulta con tu médico. Tampoco se aconseja consumirlo cerca de las tomas de medicamentos para evitar que el kéfir interfiera en su absorción. En el proceso de fermentación se genera una una pequeña cantidad de alcohol, es muy baja, pero puede causar malestar en personas con patologías relacionadas con el hígado. Para prevenir molestas o diarreas se recomienda no consumir más de una taza de kéfir diario, como máximo.

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