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espejo© Gtresonline

Terapia

Cómo servirte de un 'espejo' para mejorar tu autoestima

Con esta terapia psicológica se puede cambiar la percepción que tenemos sobre nosotros mismos, destruir barreras limitantes y potenciar nuestras cualidades, entre otras cosas.


Actualizado 22 de enero de 2020 - 17:00 CET

El cerebro de las personas cuenta con una serie de 'neuronas espejo' que nos ayudan a adquirir y adaptar conductas de manera instintiva únicamente con verlas. En psicología, los expertos se sirven de esta capacidad humana para realizar diferentes terapias que pueden ayudar a mejorar aspectos tan importantes como la autoestima. Aunque en estos casos el proceso se realiza de forma totalmente consciente, al trabajar estos circuitos neuronales se consiguen grandes resultados. Sheila Estévez, psicoterapeuta, morfopsicóloga y psicóloga con consulta en Barcelona, explica que utilizar los espejos como terapia "facilitan la adquisición de una visión menos rígida y más generosa de la persona hacia sí misma".

Esto permite a la persona madurar, evolucionar o reconstruirse, mientras aprende a verse a sí misma con más amor y aceptación, conoce sus propios límites y aprende a aceptarlos y potencia positivamente, por lo tanto, su autoestima. "Potenciar la percepción total de la persona incluye ver lo bueno y lo malo, no solo lo malo, con lo cual la autoestima está directamente asociada al autoconcepto y viceversa. Cada uno evoluciona dependiendo de lo que sus resistencias y de lo que sus miedos le limitan, factor a tener muy en cuenta, y que salen aún más a la luz en el proceso de aplicación de la técnica del espejo, cosa que también es recomendable trabajar en consulta a medida que se avanza en el tratamiento", asegura la psicóloga.

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¿Cómo funciona?

La técnica de la terapia con espejo se centra en la percepción que tiene la persona sobre sí misma y en el posterior modelamiento o trabajo cognitivo conductual para mejorar dicha percepción, partiendo de la realidad que la persona no es capaz de ver de sí misma. La finalidad es implementar las conductas precisas para potenciar el autoconcepto, autoestima, confianza y seguridad en sí misma, mediante pautas a entrenar ante un espejo. Este método también puede utilizarse "para tratar problemas de autoestima, depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, como técnica para desarrollar la inteligencia emocional, como parte del protocolo para potenciar la introspección, y en general puede ser aplicada con cualquier persona y ante cualquier tipo de conflicto emocional siempre y cuando la personalidad de nuestro paciente permita aplicar dicha técnica".

Estableciendo una serie de preguntas que el paciente debe responder de forma sincera, el psicólogo tendrá que ajustar las expectativas con la realidad mientras potencia la conciencia. Además, deberá enseñar a implementar "una crítica objetiva de la realidad" a través de la cual se pueda equilibrar la balanza entre lo bueno y lo malo. En palabras de la experta: "Es el momento de que la persona ‘elija’ que versión de sí misma se quiere ser, que tipo de hombre, o que tipo de mujer quiere ser, y se potencian aquellos aspectos que no ha desarrollado por no tener un referente o algún modelo a seguir en ese aspecto en concreto, o directemente por no haberse formulado esa pregunta hasta ahora".

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Estévez, que recalca la importancia de respetar los tiempos de la terapia – entre 3 y 6 semanas- para que esta sea realmente efectiva y se adquiera lo aprendido durante el el entrenamiento conductual, comenta que el objetivo principal de la terapia con espejos es "conseguir que la persona se identifique con su nuevo yo, a partir de la apertura mental y de los nuevos aprendizajes adquiridos mediante el trabajo de integración cognitiva, emocional y conductual". Además, recomienda revisar los valores que tiene la persona para así asentar los cambios instaurados, y a su vez," desactivar creencias obsoletas o limitantes, guiando a la persona en dicho proceso, para así potenciar esa nueva versión del Yo".