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¿Cuáles son los riesgos de ser madre más allá de los 40?

Cada vez son más las mujeres que logran quedarse embarazadas en la cuarta década de la vida, como ha sido el caso de la presentadora de televisión Toñi Moreno. Sin embargo, en una gestación tardía hay riesgos. Y es necesario conocerlos.


Actualizado 21 de enero de 2020 - 20:33 CET

A pesar de que la edad biológica ideal para tener hijos es de los 20 a los 35 años, actualmente muchas mujeres retrasan la maternidad hasta la franja de los 35 a los 40 o, incluso, sobrepasan la cuarentena, como ha sido el caso de la presentadora de televisión Antonia Moreno Morales, conocida como Toñi Moreno, que hoy ha dado a luz por cesárea a su hija Lola. De hecho, ser madre a los 45 no es algo que nos sorprenda. Los motivos pueden ser varios y muy personales, aunque las complicaciones en la fertilidad y la búsqueda de una estabilidad económica y la laboral previa suelen ser los más comunes. 

Afortunadamente, el aumento en la esperanza de vida y los avances en medicina han permitido que los embarazos se resuelvan satisfactoriamente. Sin embargo, no hay que olvidar que ser madre tardía conlleva unos riesgos y que las gestantes deberán someterse a unos controles más exhaustivos, así como adoptar unas medidas de prevención para reducir al máximo las complicaciones. 

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¿Qué riesgos conlleva ser madre más allá de los 40?

“Hay que establecer una matización importante”, señala la doctora Fulvia Mancini, directora médica de Clínicas Eva. “Si el embarazo se ha logrado con óvulos propios o con óvulos de donante”.

  • Óvulos propios: existe un riesgo altísimo de tener un bebé afectado por cualquier riesgo de anomalía cromosómica, como puede ser Síndrome de Down. También es muy importante, el altísimo riesgo de aborto.
  • Óvulos de donante: el riesgo de tener un niño afectado por anomalías cromosómicas se reduce muchísimo, pero la edad en sí misma es ya un factor de riesgo.

Asimismo, “hay estudios que demuestran que a partir de los 40 aumenta el riesgo de desprendimiento de placenta, eclampsia, diabetes e hipertensión, entre otros. También la incidencia de cesárea y mucho más si son mujeres con sobrepeso u obesidad y/o fumadoras”, indica la especialista.

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Qué harán los médicos para prevenir las complicaciones

Aunque siempre dependerá del estado de salud de la madre, un embarazo a los 45 se suele considerar de alto riesgo. Por eso, “las madres suelen acudir a unidades de alto riesgo obstétrico, preparadas para embarazos complicados”, explica la ginecóloga. Por tanto, los médicos llevarán un control más exhaustivo de la madre y del feto. Para ello, además de las pruebas habituales (analíticas y ecografías), existe una mayor indicación médica de realizar otras pruebas como, por ejemplo, una técnica invasiva como la amniocentesis o biopsia de corion para diagnosticar anomalías cromosómicas.

También será necesario llevar un exhaustivo control del nivel de glucosa en sangre para asegurarse de que la madre no sufre diabetes gestacional, una condición que puede darse al ser madre tardía y que “aumenta la probabilidad de un bebé grande, lo que a su vez puede provocar problemas en el parto, parto instrumentado y cesárea. También aumenta el riesgo de polihidramnios (cantidad de líquido amniótico por encima de lo normal), parto prematuro, crecimiento intrauterino retardado y desprendimiento de placenta. Tras el alumbramiento, el bebé puede sufrir crisis hipoglucémicas por lo que también requerirá un mayor control”, apunta la doctora Asunción Martínez Verdú, Ginecóloga del Instituto Materno Infantil del Hospital Vithas Medimar Internacional (Alicante)

La hipertensión arterial y la preeclampsia son otras de las situaciones clínicas que puede sufrir una mujer de más de 45 años embarazada. La preeclampsia no es solo tener la tensión alta, sino que viene acompañada de secreción de proteínas en la orina en ausencia de infección. “Puede producir signos de insuficiencia renal (proteínas en orina), inflamación hepática (elevación de transaminasas) que puede producir alteración en la formación de los factores de coagulación que se sintetizan en el hígado. Debido a la disfunción renal se tiende a acumular muchos líquidos formando edemas sobre todo en miembros inferiores y manos. En los casos más graves este líquido acumulado puede estar en el cerebro produciendo un edema cerebral”, indica la doctora Rocío Álvarez, Ginecóloga del Instituto Materno Infantil del Hospital Vithas Medimar Internacional (Alicante)

La eclampsia, por su parte, es la situación más grave. Consiste en la aparición de convulsiones o, incluso, coma en una paciente gestante con hipertensión. “Se trata de una emergencia vital puesto que la vida de la madre y del feto corren peligro”, advierte la especialista.

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¿Qué debe hacer la madre para prevenir las complicaciones?

Como hemos visto, son varias las complicaciones que pueden darse cuando se es madre tardía. Sin embargo, el control por parte de los especialistas y las medidas de prevención que adopte la propia madre reducirán los riesgos. En este sentido, la doctora Fulvia Mancini es tajante: “Mucha atención al peso, estricto control, nada de alcohol, cafeína ni tabaco, y hacer deporte adaptado a su estado”.

Asimismo, hay que estar atenta a las posibles señales de que algo no va bien. Según enumera la especialista:

  • Vigilar síntomas como piernas hinchadas, dolor de cabeza y las naúseas asociadas a estas señales, puesto que están relacionadas con el incremento de la tensión arterial.
  • Acudir de inmediato a urgencias ante cualquier pérdida de sangre o de líquido.