Skip to main contentSkip to footer
ayuno dopamina© Adobe Stock

Ayuno de dopamina, la nueva moda de Sillicon Valley para producir más

Los mismos creadores del ayuno intermitente o de beber agua de lluvia proponen un régimen de una sustancia que segrega el cerebro relacionada con el placer


Actualizado 20 de enero de 2020 - 19:20 CET

La palabra ‘ayuno’ está de moda. Y lo que viene del otro lado del charco nos engancha. Al menos, nos causa la suficiente curiosidad como para que nos planteemos si queremos seguirlo o no. Pues bien, parece que los ‘gurús’ de Sillicon Valley han encontrado otro ‘Santo Grial’ para encontrar la plenitud: el ayuno de dopamina, una excentricidad que nada bueno nos puede traer. Veamos en qué consiste esta nueva tendencia.

- Relacionado: Aprende a engordar las hormonas de la felicidad

¿Qué es el ayuno de dopamina?

Para entender qué es el ayuno de dopamina y cuáles son sus riesgos antes hay que comprender el papel de esta sustancia en el organismo. La dopamina es un neurotransmisor que segrega el organismo. En concreto, la produce el cerebro y la función más conocida es la de producir placer. Sin embargo, también interviene en:

  • La motivación
  • La afectividad
  • El control motor

Las alteraciones de esta sustancia aumentan el riesgo de sufrir algunas enfermedades como, por ejemplo, el Parkinson o las adicciones a sustancias estupefacientes.

El ayuno de dopamina que proponen los ejecutivos de Sillicon Valley consiste en alejarnos de todo aquello que produce placer, desde la alimentación, el alcohol y el sexo hasta las redes sociales y las nuevas tecnologías.

Denominada ‘dopamine fasting’ en inglés se basa en la idea de que estamos sobreestimulados por lo que segregamos más dopamina de la recomendable. Esto aumenta nuestro nivel de tolerancia y hace que cada vez necesitemos más, con lo que el cerebro, al final, se satura.

Para los creadores y seguidores de esta nueva tendencia, hacer ‘dieta’ de dopamina puede devolvernos el disfrute cuando volvamos a retomar todas aquellas actividades o sustancias que nos producen placer y que hemos decidido eliminar. Además, siempre según sus seguidores, puede ayudar a aumentar la productividad. ¿Tiene algún fundamento?

- Relacionado: Ayuno seco: una moda con un gran riesgo para la salud

ayuno-dopamina-placer© Adobe Stock
A nuestro cerebro le viene bien experimentar momentos placenteros. La naturaleza, en este sentido, es una de las mayores fuentes de bienestar. Asimismo, cuidarse, comer bien y hacer ejercicio son otras maneras de 'desconectar' del ruido que puede perjudicar nuestra productividad. Por tanto, si consideramos que el ayuno de dopamina es una manera de desengancharse de la hiperconexión de las nuevas tecnologías, puede tener algo de sentido. De lo contario, carece de cualquier justificación. 


Qué riesgos tiene

“Partimos de la base de que tal "ayuno" no es posible, dado que, entre otras cosas, no sabemos de qué nivel de dopamina partimos al iniciarlo ni a qué nivel llegamos tras el ayuno”, responde a ¡HOLA! Rafael San Román, psicólogo de ifeel. Por otro lado, suponiendo que tal ayuno se pueda hacer, “habría que meterse en una cueva o cápsula o en alguna especie de estado de coma para que no se estimule de ninguna manera nuestra producción de dopamina. Esto, además de difícil y no recomendable, tampoco nos daría la certeza de que estamos haciendo lo que decimos estar haciendo”, añade.

Por otro lado y al hilo de lo anterior, tampoco no es posible manipular nuestra producción de otros neurotransmisores de una manera tan deliberada y acotada como parecen defender los seguidores del 'ayuno de dopamina'. “Nuestro cerebro segrega diferentes neurotransmisores a través de diferentes vías, por diferentes causas y con diferentes funciones. Aunque nuestra conducta y hábitos puede influir en esa producción, se trata de un fenómeno mucho más complejo que, por ejemplo, una dieta alimenticia focalizada en no comer cierto nutriente para así bajar cierta cantidad de peso. Nuestro sistema nervioso central no funciona así. En resumen, no se puede afirmar que el presunto ayuno de dopamina lleva aparejado el ayuno involuntario de otros neurotransmisores”, afirma Rafael San Román.

No se sabe si estos ‘ayunos’ pueden acarrear consecuencias a corto, medio o largo plazo. Pero lo que sí se conoce es lo que le va bien al cerebro a la hora de mejorar nuestra calidad de vida y la productividad. Y no es la restricción de actividades placenteras, sino todo lo contrario.

Nuestro cerebro necesita disfrutar de los maravillosos estímulos que nos brinda la vida de una manera ordenada y adecuada a nuestras capacidades y circunstancias, asumiendo los principios naturales del aprendizaje, por ejemplo, la habituación, que hace que no disfrutemos de la misma manera ante un mismo estímulo cuando lo hemos experimentado de forma repetida.

- Relacionado: ¿Qué pasa en tu cerebro cuando comes comida basura?

Desconectar sí es bueno

Por otro lado, los expertos de ifeel recomiendan no caer en la trampa de las etiquetas. Y es que este ‘ayuno de dopamina’ podría traducirse en algo tan necesario como ‘cambiar el chip’ durante un tiempo, es decir, ocupar nuestros momentos de ocio en otros quehaceres que también nos hagan disfrutar pero que no nos sobreestimulen, por ejemplo, reducir el número de horas que estamos conectados al ordenador o a las redes sociales y dedicar más tiempo a pasear, descansar, dormir más o, al menos, las horas necesarias, tener más contacto con la naturaleza y relacionarnos más, pero a la ‘antigua’.

- Relacionado: Aplicaciones que te ayudarán a desconectar y meditar