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somos lo que pensamos© Adobe Stock

Psicología

¿Somos lo que pensamos?

Nadie discute el poder de los pensamientos ni como interfieren en nuestro estado de ánimo, en la salud y en los sentimientos. Sin embargo, muy poco se habla de la manera en la que construimos esos pensamientos.


Actualizado 16 de enero de 2020 - 14:46 CET

Los problemas de la mente no deberían resolverse de manera mental. Parece una frase compleja y rebuscada, no obstante es sencilla de comprender si sabes a lo que me refiero. Analizar los pensamientos de manera racional es acercarse a ellos y conocerlos, pero no resolverlos. 

Eckhart Tolle sostiene en su libro, 'El poder del ahora', que estudiar los problemas de la mente puede convertirnos en buenos psicólogos, pero no nos llevará más allá de eso. Sugiere un ejemplo muy gráfico, el solo hecho de estudiar la locura de un paciente no lo vuelve cuerdo. 

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El problema de Identificarnos con la mente

Con frecuencia, asumimos lo que pensamos de manera irreversible y absoluta, sin cuestionamientos por aquello de 'la mente manda'. El problema reside en que, cuando nos identificamos con nuestros pensamientos, creamos un falso yo que es el ego. El ego ocupa el lugar del verdadero yo, que no solo está en la mente, sino en todas partes. Es tu Ser, tu esencia. 

Con frecuencia hablamos de la importancia de la autoestima, cómo reforzarla o aumentarla, sin embargo decimos que el ego nos conduce por caminos equivocados. El ego tiene necesidades incontables e inacabables. Nunca se quedará satisfecho, cuanto más le des, más querrá. El estado natural del ego es el de vulnerabilidad y el sentimiento de amenaza constante. En la mayoría de los casos es el causante y generador de los problemas.

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Los problemas de la mente no deberían resolverse de manera mental. Parece una frase compleja y rebuscada, no obstante es sencilla de comprender si sabes a lo que me refiero. Analizar los pensamientos de manera racional es acercarse a ellos y conocerlos pero no resolverlos. 

Si te identificas con el ego, con lo que tus pensamientos creen, sentirás que tu identidad está en ellos y no en tu verdadero Ser. Seguro conoces a alguien que nunca tiene tiempo y encuentra excusas perfectas relacionadas con su trabajo o su vida ajetreada para no poder quedar. Más allá de las ocupaciones verdaderas y reales que tengamos a diario, identificarnos con un ego que determina que 'como somos importantes, estamos ocupados' solo terminará por crear eso en tu día a día. Son personas que su sentido de identidad está conectado con sus problemas, según explica Tolle. Cuanto más problemas tenga, más nutrida está su vida.

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Si conectas con tu ego, te identificas con él

Identificarte con el ego y los pensamientos que este genera es una muy mala idea. Porque el ego se construye muy a tu pesar, no te pertenece. Se ha conformado desde la infancia, como un receptor pasivo y acumulativo. Desde las frases utilizadas por tus padres, la interpretación que le daba tu mente y las expresiones de tu entorno más cercano al refuerzo que has hecho de ellas en la edad adulta. Eres lo que piensas cuando comprendes que, gran parte de lo que creemos de nosotros mismos, es una formación arbitraria.

Cuando un padre refuerza en un hijo 'lo bueno que es' y en el otro hijo 'lo inteligente que es' para los pequeños puede resultar un término inverso y asimilarlo de manera equivocada. El hijo bueno creerá que no es listo y el hijo listo que no es bueno. Esas construcciones mentales no son reales, es lo que han dicho de nosotros y cómo lo hemos asimilado.

Se estima que, durante el día, tenemos alrededor de 60.000 pensamientos entre los positivos y los negativos. La importancia y el lugar que le demos a cada uno de ellos puede determinar el carácter, rasgos de la personalidad y hasta producir acciones que determinen nuestra vida. Por eso se recomienda el estado de consciencia plena, porque es la única manera de saber diferenciar qué pensamientos son constructivos y cuáles no aportan más que malestar y confusión.

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