Las asanas benefician a todos los sistemas del cuerpo: el endocrino, el respiratorio, el circulatorio, el nervioso y el digestivo. En clase de yoga se suele trabajar cada postura para que estimule y favorezca cada zona. Con solo unos meses de práctica, comienzas a sentir que la integración cuerpo-mente fluye de una manera más natural, tus pensamientos y atención están listos para avanzar un poco más. Es en este momento cuando el maestro yogui propone asanas más complejas donde cedas ante el sistema nervioso, encontrando paz en las emociones y logrando una relajación más profunda y reparadora.
Ramiro A. Calle, en El Gran Libro de Yoga, asegura que las técnicas más genuinas de esta disciplina son las que utilizan posiciones físicas estáticas. Es decir, si quieres propiciar el autoconocimiento las posturas dinámicas mantiene a tu mente concentrada en el equilibrio y los movimientos. Cuando las asanas son estáticas se potencian las funciones
mentales y se equilibran las emociones.
Posturas de flexión hacia atrás
Si practicas esta disciplina milenaria sabes que cada postura está relacionada con otra y, lejos de contrarrestar los beneficios entre una y otra, la práctica habitual y equilibrada entre asanas mejora las capacidades físicas y mentales. Las asanas de la cobra, del masaje renal y del camello son ideales si estás buscando la autorrealización. Estas posturas favorecen el funcionamiento del cerebro, tonifica la médula espinal y los nervios espinales. La mayoría de las posturas de flexión hacia atrás, nos inducen a un sentimiento de expansión mientras que las de flexión hacia delante nos llevan al recogimiento personal.
A estas asanas puedes sumarles las de meditación, al final de una sesión. La técnica de la visualización, durante la meditación, ayuda a explorar nuestro interior. La manera en la que te sumerjas en él es la clave para la realización de objetivos y metas.
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Postura del camello
Esta asana se realiza dos veces, unos treinta segundos cada una. Tiene una veintena de beneficios, entre ellos, fortalecer los músculos dorsales y pectorales. Brindar elasticidad a la espina dorsal y energizar el cerebro.
Postura de la cobra
Es una asana doblemente beneficiosa para las mujeres porque, además de revitalizar el cerebro, favorece a los ovarios y estabiliza los ciclos menstruales. Es una postura muy aplicada para combatir la dispersión mental y aumentar la concentración. El tiempo para mantener la postura es de 30 segundos, una pausa de un tiempo similar y repetición de esta asana.
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Postura del masaje renal
Si estás buscando avanzar en tu camino de introspección, superar traumas, miedos y animarte a perdonar, esta asana ayuda a la sensación de apertura física y mental. Desbloquea y relaja, así como mejora las operaciones mentales. Esta asana tiene una variante con un poco más de complejidad. Se trata de flexionar las piernas, tanto como se pueda, y llevar los talones a las nalgas. Se realizan dos asanas de 50 segundos cada una.
El equilibrio físico y el mental
Cuando tu cuerpo y tu mente se unen con un mismo fin, ya estás trabajando en la realización personal. La práctica habitual de esta disciplina hace que superes tus propios límites. Cuando recién te inicias en el yoga aprendes cerca de 30 posturas básicas que no suelen presentar mucha dificultad. Todos hemos visto imágenes de yoguis sobre su cabeza, inmutables. Si algo nos enseña esta técnica es que la prisa es incompatible con la filosofía yogui. Por lo tanto, cada nueva asana que aprendas y realices con éxito contribuye a tu satisfacción personal, solo tu sabes cuanto tiempo y esfuerzo te ha costado.
Es cierto que podemos mencionar posturas específicas, como la de la cobra o el camello, sin embargo la autorrealización personal está más cerca cuanto más internalices esta disciplina. El crecimiento personal que brindan las asanas más complejas no está en la meta cumplida, sino en el proceso que has realizado para conseguirla.
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