Tener un bulto en el cuello no tiene por qué ser síntoma de una enfermedad grave. Existen diversas causas que pueden producirlos. Por ejemplo, una infección, una inflamación de los ganglios linfáticos, la aparición de quistes o, incluso, una lesión en los músculos o tortícolis. Sin embargo, hay ocasiones en que los bultos en esta parte del cuerpo sí pueden responder a una patología maligna. Por ejemplo, el cáncer de tiroides puede manifestarse con nódulos de crecimiento lento.
El cáncer de cuello o cabeza también puede ser la razón de su aparición. Pese a que la mayoría de las veces será debido a un proceso benigno, es importante que se consulte con un médico si se detecta la aparición de una masa que no desaparece. La detección precoz de una enfermedad oncológica puede salvar vidas. En el caso del cáncer de cabeza y cuello, un diagnóstico temprano permite controlar la enfermedad con cifras de supervivencia de más del 90% a los cinco años.
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¿Qué es el cáncer de cuello y cabeza?
Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL) cada año se detectan 10.000 casos nuevos de tumores en individuos de entre 45 y 65 años. De hecho, expertos de la SEORL advierten de que en los últimos años están aumentando los casos. El tabaco y el alcohol pueden estar detrás de este incremento. El consumo de cigarrillos, por ejemplo, incrementa el riesgo de laringe y faringe hasta 20 veces y el abuso del alcohol puede multiplicar por 4 el riesgo de padecer cáncer de cabeza y cuello. Evitarlos podría prevenir más del 80% de estos tumores. Recientemente, también se sospecha que el virus del papiloma humano podría aumentar el riesgo de sufrir esta enfermedad.
Estos tumores abarcan el cáncer de la cavidad oral, faringe, laringe y las fosas nasales y senos paranasales y ocupan el sexto lugar en incidencia en España. En particular, en el caso del cáncer de faringe y laringe, el tabaco es el mayor responsable. “En la mayor parte de casos el paciente ha estado fumando desde la adolescencia”, explica el doctor Pedro Díaz de Cerio, presidente de la Comisión de Cabeza y Cuello y Base de Cráneo.
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Los síntomas del cáncer de cabeza y cuello son:
- Dolor faríngeo irradiado hasta el oído
- Disfonía (alteración de la voz)
- Molestias al tragar o sensación de cuerpo extraño en la garganta
- Aparición de un bulto en el cuello
- Herida en la boca de más de 15 días
En el caso de detectar estas señales, y sobre todo, si se es fumador o se consume alcohol habitualmente, hay que acudir al médico de cabecera quien derivará a un otorrinolaringólogo, el especialista más indicado para el diagnóstico de esta patología.
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Tratamiento del cáncer de cabeza y cuello
La cirugía, radioterapia y quimioterapia suele ser el tratamiento de elección para este tipo de cáncer. Como en otros, los expertos insisten en que el abordaje multidisciplinar ofrece una mayor posibilidad de recuperar la calidad de vida que el paciente tenía antes de la intervención. Por ello, señalan que cualquier decisión se tome en el seno de un comité junto con oncólogos, radioterapeutas, así como patólogos, endocrinos, nutricionistas, psicooncólogos, foniatras y logopedas.
Además, la SEORL recomienda que el tratamiento de estos tumores se realice en centros especializados, sobre todo los más avanzados, ya que no son tumores muy frecuentes pero sí pueden producir muchas secuelas.
Tras el tratamiento, es posible que sea necesario que el paciente reciba sesiones de rehabilitación encaminada a recuperar las funciones del habla, masticación y deglución.
¿Cuál es el pronóstico?
La supervivencia media de los pacientes con un tumor de cabeza y cuello es del 60% a los 5 años. Sin embargo, si se detectan en fases iniciales el porcentaje de control de la enfermedad es muy alto, con cifras de supervivencia de más del 90% a los 5 años. Por ello “es fundamental el diagnóstico precoz y consultar ante la más mínima sospecha”, concluye Eduardo Ferrandis, miembro de la
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