La última película del guionista y director Noah Baumbach cuenta Historia de un matrimonio que, después de un hijo y varios proyectos en común, decide divorciarse. Es un relato maduro, donde bien podría aplicarse la cita “de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno”, hacia allí es donde parecen dirigirse ambos personajes.
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Scarlett Johansson da vida a una actriz que desea terminar la relación con su esposo, un reconocido director de teatro. Al principio deciden hacerlo de mutuo acuerdo y de una manera tan civilizada que produce envidia en el espectador con más de una historia de amor rota. Adam Driver, uno de los actores fetiches del Baumbach, da vida a un hombre introspectivo, solo en su justa medida, un personaje equilibrado, sensato y buen padre.
En Historia de un matrimonio no hay buenos ni malos, solo personajes que viven y se dejan arrastrar por deseos, miedos y sentimientos de culpabilidad, fracaso y también por el amor, aunque solo quede un hilo invisible de lo que fue.
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No te olvides de lo bueno
Los protagonistas de esta historia han llegado a ese límite que toda pareja a punto de separarse transita. La barrera entre las expectativas de futuro y los reproches del pasado es difusa y las emociones fluctúan como fuegos artificiales que de repente estallan en el cielo y a los pocos segundos se apagan.
Con frecuencia nos olvidamos de todo lo positivo que aportó la otra persona en nuestra vida. Si esto sucede al unísono y los dos integrantes de la pareja se centran en ganar la pelea el divorcio se vuelve aún más doloroso y resulta intransitable, una zona de la que solo se quiere salir y olvidar. En Historia de un Matrimonio esa sensación de memoria selectiva, que sólo retiene los episodios negativos y dolorosos, se mantiene en constante equilibrio entre los personajes. Según el momento, uno de los dos, mantiene la sensatez.
Los hijos, la casa, los viajes, los sueños en común y los momentos compartidos resultan una fuerza superior que actúa como escudo al momento crítico. Tener presente lo bueno y dejar pasar, como nubes ligeras de verano, el rencor, los reproches y las acusaciones ayuda a mantener la calma y llevar el divorcio por un camino amable y armonioso.
Reflexiona, reflexiona y vuelve a reflexionar
Cuenta hasta diez, deja que él o ella cuente hasta diez, explota, deja que el otro también explote y vuelve a contar hasta diez. Si algo nos enseña Historia de un Matrimonio es que la relación de pareja es tan compleja como deseada.
Asume los riesgos con seguridad y determinación aunque por momentos te abrumen las dudas y los sentimientos encontrados. Todo lo que ocurre en un proceso de divorcio, más aún, si hay hijos en común, es humano. No te culpabilices por ello y asúmelo como un momento transitorio que antes o después pasará.
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Entre abogados, mediadores, juzgados y notarios hay dos personas que se amaron
Lejos de hacer spoiler, Historia de un matrimonio, demuestra como las herramientas burocráticas y económicas que ejercen presión durante una separación inciden y fomentan la ira, la ambición y la sensación de estar inmersa en un callejón sin salida. Si tu no pides algo, lo hará el otro, su abogado o su familia, a si que, lejos de sentir que eres la única que pierde decides ir a por todo. Sin embargo, en un momento cualquiera, entre toda la parafernalia que se despliega ante un proceso judicial de estas características, miras hacia el costado y reconoces a la persona que has amado los últimos años de tu vida.
Sí, es él o ella, tan exhausto y agobiado como tu. Cansado de las demandas, de los miedos reales y de los inventados. Son solo dos personas tristes y temerosas tratando de retomar el curso de sus vidas sin saber muy bien cómo hacerlo. Nadie mejor que vosotros sabe por lo que estáis pasando, asi que mira a tu costado, detrás de esos ojos rabiosos, de los labios rígidos y el ceño fruncido hay una persona que conoces bien, que fue tu aliada, tu compañera y tu alter ego. Que el propósito sea el divorcio no arruinarse la vida mutuamente.