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quemar incienso puede ser toxico© Adobe Stock

Medio ambiente

¿Quemar incienso en casa puede llegar a ser tóxico?

El aroma agradable del incienso se utiliza desde hace miles de años. Para algunas culturas, el humo que provenía de su quema atraía a las buenas energías y expulsaba a las malas. Era utilizado como elemento de protección y para invocar a los dioses.


Actualizado 7 de enero de 2020 - 17:04 CET

En la actualidad se comercializa en todo el mundo y se utiliza para ambientar y relajar en hogares, clases de yoga o meditación. Desde que, algunos países asiáticos, convirtieron al incienso en un producto sintético para exportar a muy bajo coste, el debate sobre la toxicidad de su humo se reabre a menudo.

El humo no es inocuo

Sea cual sea el origen del humo, suele dejar rastros en el organismo. Cuando se origina en productos compuestos por sustancias sintéticas, como las de ciertos inciensos, puede ser tan nocivo como el humo del tabaco.

Hasta la fecha, solo existen muy pocos estudios realizados para constatar si, este humo, es perjudicial para la salud. El último fue publicado por la Universidad Tecnológica South de China. Las pruebas solo se han realizado en animales, por lo tanto, lo preocupante de su resultado, debería aún confirmarse en humanos.

Del trabajo realizado por esta universidad se desprende que las partículas del humo son tan diminutas que se absorben y penetran en los pulmones con mucha facilidad, más aún en sitios cerrados o con poca ventilación.

¿Quemar incienso en casa puede llegar a ser tóxico? © Adobe Stock
En la actualidad se comercializa en todo el mundo y se utiliza para ambientar y relajar en hogares, clases de yoga o meditación. Desde que, algunos países asiáticos, convirtieron al incienso en un producto sintético para exportar a muy bajo coste, el debate sobre la toxicidad de su humo se reabre a menudo.

Existen dos clases de incienso, los que están realizados a base de resina de origen vegetal y aromática mezclada con aceites naturales o vegetales y los que se producen de manera sintética. El control sanitario que se ejerce sobre este producto es bastante laxo, por eso, si puedes verificar por ti misma que sea un incienso natural, mejor.

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Cómo distinguir un incienso sintético de uno natural

Los inciensos sintéticos son los más tóxicos, procura no exponerte a su humo más de tres horas seguidas. Siempre es aconsejable que ventiles la habitación después de su uso y evites que los niños muy pequeños tengan una exposición directa y prolongada.

Ambos son potencialmente tóxicos pero, el que realiza con productos artificiales, se estima que lo es aún más. Mientras que, en el de origen natural se queman aceites y resinas naturales, en los sintéticos se queman derivados del nitrógeno, polvo de carbón, hidrocarburos aromáticos, colorantes y aromas artificiales.

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Si el humo es oscuro es probable que sea un incienso sintético. Esa sustancia oscura se denomina 'creosota' y es el resultado de la mezcla de material químico como la acroleína y el aldehído. Si, por el contrario el humo es claro, el incienso está hecho con productos vegetales.

Los inciensos sintéticos son tentadores porque su aroma y su color es mucho más intenso que el que se produce de manera natural. Aquellos que no son sintéticos, independientemente del aroma, suelen tener un color marrón que varía entre más claro o más oscuro, pero nada de varas rosas, amarillas o fucsias.

La certificación y el origen del incienso pueden ayudarte a detectar cómo es su fabricación. Existen inciensos con certificaciones ecológicas, como ICEA, Demeter o ECOCERT. No se trata de crear una alarma ante el incienso, solamente de conocer cómo puedes evitar que el humo proveniente de este, perjudique tu salud.

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