Tras las fechas navideñas, volvemos a la rutina. Y parece que en enero, tras estas de vacaciones tan entrañables, volver a nuestra vida cotidiana cuesta más. Sin embargo, hay personas a las que volver a la normalidad les supone una montaña demasiado alta para escalar. Aunque en general suele tratarse de algo temporal, si dura más de unas semanas, es conveniente consultarlo a un médico, puesto que podría tratarse de algo más complejo, como la depresión.
Esta enfermedad, una de las causas que pueden producir suicidio, es una patalogía psiquiátrica que afecta en nuestro país a más de dos millones y medio de personas. Se trata de una enfermedad cada día más frecuente en nuestra sociedad y en nuestro entorno. Su aumento va paralelo al progreso y es precisamente en las sociedades más evolucionadas donde su prevalencia es cada día mayor. Les afecta más a ellas, con una relación de cinco mujeres por cada tres hombres. Situaciones como la pobreza y el desempleo o el consumo de sustancias y alcohol son factores que facilitan su aparición.
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¿Qué es la depresión?
Se trata de un cuadro clínico patológico encuadrado en el grupo de las enfermedades que tienen su origen en los trastornos del humor y del afecto. Suelen diferenciarse dos grandes grupos:
- Depresión exógena o reactiva: tiene su origen y causa en acontecimientos vitales que generan tristeza y melancolía
- Depresión endógena o depresión mayor: tiene un origen biológico y un componente genético-hereditario. Si bien este trastorno puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente en edades avanzadas de la vida.
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Niveles de depresión
Debemos tener en cuenta que los periodos de tristeza y melancolía son inherentes a la condición humana y a la vida. Reaccionar de forma depresiva ante acontecimientos tristes o traumáticos son reacciones normales. Es por ello que los psiquiatras distinguen diferentes niveles en este grupo de enfermedades caracterizadas, todas ellas, por trastornos del ánimo y del humor.
Así, la distimia, la ciclotimia, el trastorno bipolar y la depresión mayor son enfermedades del mismo grupo que se distinguen por la intensidad de sus síntomas, siendo la depresión la más grave, la más duradera y que tiene repercusiones más trascendentales para la salud.
Es decir, pueden existir diferentes niveles de depresión. Se pueden tener problemas y síntomas depresivos y no padecer un cuadro de depresion mayor.
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Los síntomas suelen aparecer y progresar en el curso de días o semanas. Es frecuente que la temporada previa a la aparición del proceso se presenten cuadros de ansiedad, tensión, fobias o crisis de pánico.
Una vez establecida la depresión, suele tener un curso autolimitado y evolucionar a lo largo de semanas y meses en los cuales pueden presentarse diferentes situaciones, pudiéndose hablar de mejorías, remisiones, estados interepisódicos, recaídas o recurrencias.
Es bueno recordar que la depresion mayor es una enfermedad que ocasiona un notable deterioro laboral, doméstico y familiar y que su aceptación en el entorno es difícil e incomprendida.
La remisión completa de la enfermedad se debe contemplar tras un periodo suficientemente prolongado exento de síntomas. Solo así se puede para considerar que el episodio depresivo ha terminado.
Los síntomas psíquicos y físicos que caracterizan la enfermedad, son los siguientes:
- Psiquismo. Pérdida de tono afectivo, tristeza, incapacidad para disfrutar o sentir placer, dificultad para la sintonía con personas o ambientes.
- Conocimiento. Enlentecimiento del pensamiento, lenguaje escaso, sentimientos de culpa, no valorarse, pérdida de concentración y de memoria.
- Conducta. Pérdida de motivación y de interés por el entorno y las actividades sociales y laborales. Enlentecimiento motor. Anorexia. Abandono de la higiene y el cuidado personal.
- Síntomas físicos. Alteración de los ritmos biológicos. Insomnio matutino, pérdida de peso, fatiga intensa y persistente.
- Estado general. Cara inexpresiva, aspecto preocupado, intolerante, irritable, inmovilidad y palidez.
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Criterios diagnósticos
La Asociación Americana de Psiquiatría define la depresión mayor como una enfermedad en la que deben estar presentes, al menos, cinco síntomas de un total de nueve seleccionados, que se presenten de forma simultánea y que persistan al menos durante dos semanas.
- Estado de ánimo triste y deprimido.
- Falta de interés por las cosas y las personas.
- Pérdida de apetito y pérdida de peso.
- Insomnio de predominio matutino.
- Enlentecimiento psicomotor.
- Perdida de energía y fatiga intensa.
- Sentimientos de culpa y no valorarse.
- Inseguridad, indecisión, dificultad de concentración.
- Pensamientos recurrentes sobre la muerte e ideas suicidas.
Si te sientes identificado/a con estos síntomas, no dudes en pedir ayuda. Y si los reconoces en algún familiar o amigo intenta persuadirle para que acuda a un especialista. Un tratamiento adecuado puede tratar esta enfermedad y devolver la calidad de vida a los pacientes.
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