Antes de que comenzara la última cumbre del clima, en Madrid, la figura de la joven sueca ya estaba generando polémicas y expectativas por igual. Aunque sin dudas el nombre de Greta Thunberg ha ayudado a dar visibilidad a la crisis climática, detrás hay una menor de la que todos hablamos y pocos conocemos.
“El problema de los referentes jóvenes es que generan un movimiento que termina por sobrepasarlos. Algo para lo que madurativamente no están preparados y que puede perjudicarlos gravemente. Cuando una persona se vuelve imagen de una causa, inevitablemente surgen detractores. Es algo que nace en el mismo momento que su vida se vuelve pública. En los menores de edad, la situación es más compleja y también más peligrosa. No tienen la preparación suficiente para sobrellevar ese peso y las posibles consecuencias”, sostiene la psicóloga Marcela Ortíz Senye.
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“Cuando se sacraliza a una persona se corre el riesgo de destruirla si no se la alimenta a diario”, afirma Ortíz Senye. Difícilmente podamos ser ejemplo en todos los ámbitos de nuestra vida. Con 16 años es la representante por la lucha contra el cambio climático, pero ha dejado de estudiar. ¿Cómo se puede mensurar qué ejemplo es el más conveniente para cualquiera de los jóvenes que la sigue? No se puede, porque son cosas distintas, pero no todos los adolescentes (por motivos madurativos acordes a su edad) pueden comprender.
Aquí es cuando surge otro de los motivos de discordia que genera la joven activista, muchos otros jóvenes, deportistas e incluso artistas, abandonaron sus estudios por motivos laborales y suelen ser menos cuestionados. “Es importante hablarlo en familia para que los más jóvenes no asocien dejar de estudiar con apoyar una causa”.
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Se la asocia a la causa y se la critica, no siempre por ello
Si viste de una manera que no gusta, si debería estar resguardada en casa o si, en el fondo, detrás de todo esto hay un lucro económico que no llegamos a percibir. La joven, de solo 16 años, cuenta que desde que vió un documental en el colegio sobre la crisis climática decidió abocarse de lleno a la causa para detener la emergencia climática.
Sin embargo, Greta padece Asperger y sufrió, por primera vez, una depresión severa cuando tenía 11 años. Más allá del valor de su lucha, que es incuestionable, surgen algunas dudas que muchos han convertido en críticas y burlas. No deja de ser una menor que se enfrenta a superpotencias con un discurso claro, sin embargo, podría estar generando un daño grave en lo personal y nosotros consumir sus lesiones.
El síndrome de Asperger es un trastorno neurobiológico, que forma parte de los trastornos del espectro autista. Las personas que lo padecen suelen tener conductas e intereses repetitivos y restringidos, algo en lo que basan su atención de una manera intensa, en áreas específicas. La psicóloga cree que hay que prestar un especial cuidado a los niños y jóvenes que están expuestos socialmente, más a allá de la personalidad y los deseos propios de cada joven. “El cuidado primordial debería ser el de la familia, los padres y los adultos que estén a su lado la mayor parte del tiempo. La presencia de un adulto de referencia es fundamental en estos casos. Como espectadores, podemos consumir de manera moderada las intervenciones de los menores, es decir, siendo selectivos y determinantes y no ser partícipe de ataques o apelaciones, que solo pueden perjudicar a la persona expuesta.
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