'Coaching'

Tu manera de comunicarte con los demás dice mucho de ti

Reconocer el tipo de lenguaje que empleamos a la hora de relacionarnos con los demás es importante para nuestro bienestar.

Por Gtresonline

La manera de comunicarnos con nuestro entorno y con los demás dice mucho de nosotros mismos. La forma en la que utilizamos las palabras tiene un gran poder en nuestro bienestar mental y emocional, así como en el del entorno que nos rodea. Si bien utilizar determinadas herramientas -como el lenguaje positivo o la programación neurolingüística (PNL)- repercute de manera importante en el mensaje que queremos transmitir y puede ayudarnos ser más felices, saber diferenciar el tipo de comunicación que solemos emplear es clave en nuestras relaciones personales. Se trata de la forma en que intercambiamos información con otras personas y depende de las actitudes y habilidades sociales que utilizamos para expresar nuestras ideas y estados emocionales o sentimientos.

Unos aspectos que tienen mucho que ver con nuestra personalidad y que pueden ser de gran ayuda a la hora de modificar ciertos comportamientos y conductas que dificultan nuestro trato con los demás. Estos son los rasgos que definen cada estilo de comunicación.

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Agresivo

Si al hablar, las amenazas verbales, las acusaciones directas y los reproches son una constante, estás utilizando un estilo agresivo a la hora de comunicarte con los demás. Con él se entra en una dinámica de poder en la que se persigue un dominio sobre los demás de modo que la otra parte quede subordinada. En este caso, el mensaje que se quiere transmitir no es tan importante como la intención del emisor que, además, suele hacer uso de un tono de voz más elevado, así como de otros elementos propios de la comunicación no verbal como la tensión corporal.

Pasivo

Este tipo de comunicación es típico de las personas tímidas -que se muestran inseguras en las relaciones personales- o bien de las introvertidas, que intentan pasar más bien desapercibidas. Está basado en la inhibición de los pensamientos y sentimientos y se suele dar en contextos en los que se intenta ocultar información, ya sea por interés propio o por miedo a no agradar a los demás. Quien lo emplea suele estar influenciado por el miedo, por lo que, en ocasiones, lo usa a espaldas de la persona interesada. Está caracterizado por un contacto visual escaso, tono de voz bajo, respuestas cortas o evasivas y un lenguaje no verbal que expresa una actitud a la defensiva o de inseguridad.

Asertivo

Es el más honesto y transparente. Con este estilo se comunica de manera clara y directa lo que se piensa y se siente, aportando un valor y sin incomodar a nadie. Es el más equilibrado tanto para el emisor como el receptor, ya que ninguno queda por encima del otro y lo realmente importante es el mensaje. Por todo ello, el modelo asertivo es el más adecuado en la mayoría de las situaciones y el que deberíamos adoptar siempre en favor de una relación lo más sana y saludable posible con los demás.