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Cuando tenemos un animal en casa solemos acoplarlo a la mayoría de actividades. Nos preocupamos por él, por su salud y nos encanta que sepa cuánto lo queremos. Es probable que hasta le hables de una manera especial con un lenguaje sólo vuestro, como se hace con los bebés.
Esta manera de demostrarle tu afecto no es para nada negativa aunque tal vez tu perro no entienda bien lo que estás haciendo. El mejor estímulo para él son tus caricias.¿Sabes que nunca se ha logrado demostrar que los perros se agoten de esta clase de afecto?
Chuches, regalos, halagos verbales o caricias
Al igual que pasa entre las personas, la manera en la que le demuestres el cariño que sientes a tu perro puede generar estímulos adversos. Un estudio reciente ha demostrado que los perros no se aburran nunca de las caricias. Esto se ha probado también con perros de refugio y se ha llegado a la misma conclusión. Los mimos que propicies a tu mascota nunca están demás y generan un vínculo específico entre cuidador y animal.
Los animales domésticos no son consumistas, que vuelvas del supermercado con un pienso especial, es un gesto bonito y seguro que tu perro lo agradecerá, pero nada de lo que puedas comprarle equivale a tu presencia. Cuanto más tiempo pases con él más gratificante será para el animal y más querido se sentirá.
La mejor recompensa eres tu
Si tienes que premiarlo por algo, las caricias siguen siendo la mejor opción. El momento del paseo, también puede ser una buena excusa, para demostrarle lo importante que es para ti. Si, al menos una vez por semana, dais un paseo largo y con tiempo exclusivo para él, tu perro estará seguro de tu cariño. Cuanto más larga sea la correa, más libertad sentirá y si sabe que estás su lado, la sensación será doblemente placentera.
Muchos veterinarios aseguran que una correa larga y rígida es la más adecuada porque evita tirones y le aporta libertad y seguridad al animal. Por lo tanto, el paseo será más distendido y con mucho menos tirones que con la correa extensible. Es una manera de permitirle olisquear y olfatear con más detenimiento.
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Cambia la manera de educarlo
La forma en la que le hablas y le das indicaciones no siempre es la adecuada. Recuerda que tu mascota debe tener información para poder aprender ciertos comportamientos. Si no quieres que suba a tu cama, basta con que le pidas que baje. Si solo le dices no o le gritas, el perro actuará como respuesta automática, probablemente hasta con miedo, pero no aprenderá a no hacerlo.
De esta manera, te será más sencillo felicitarlo por el logro y tu mascota sentirá afecto en lugar de temor. Procura no castigarlo sino enseñarle lo que quieres y lo que quieres que haga.
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Descubre cómo tu mascota agradece tu cariño
Si, tu animal de compañía también sabe hacerte saber lo importante que eres para él y cuanto te quiere. Los perros consideran al hombre como parte de su manada, nunca lo verá como un enemigo salvo que lo lastime o lo agreda. Basta con mencionar cómo responden los perros cuando al hogar llega un bebé.
La mirada entre perro y dueño es una prioridad. El contacto visual es una de las formas más comunes que tienen para demostrar afecto. Si acompañas esa mirada y la sostienes, sobre todo en momentos de juego y distensión, la sensación de tu perro será tan fuerte como tu cariño. Es algo similar a lo que pasa entre el vínculo de un niño con sus padres, el contacto visual, demuestra amor, seguridad y confianza.
Aunque en algún momento te pueda resultar molesto, si tu perro se acerca demasiado a ti es que quiere demostrarte su cariño. Procura responder a esa muestra de afecto para que no se sienta rechazado. Tu cercanía lo reconforta, por lo que cuanto más tiempo juntos y físicamente conectados podáis pasar, mejor respuesta recibirás de tu mascota y sus estímulos estarán relacionados con el cariño que le demuestras.
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