Salud

Una nueva técnica quirúrgica para reconstruir una rotura del ligamento cruzado anterior

Gracias a esta nueva cirugía artroscópica, pionera en el mundo, se proporciona una mayor estabilidad a la rodilla, además de favorecer una recuperación más rápida y un menor riesgo de reincidencia de lesiones

Por Raquel Sáez

La rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) es una de las lesiones más graves y frecuentes en aquellas personas que practican deporte (atención, con especial incidencia en las mujeres), pero no son las únicas susceptibles de padecerla. Aunque normalmente se piensa en el fútbol como uno de los deportes con más riesgo, lo cierto es que cualquier deporte o actividad que incluya caer de un salto o realizar un giro brusco sobre la rodilla flexionada en la que estamos apoyados puede lesionar este ligamento. Y tampoco es necesario ser un deportista de alto rendimiento para romperse el LCA. Quizás el mayor peligro radica precisamente, según indica el doctor Iñaki Mediavilla, médico adjunto del Servicio de Cirugía Ortopédica del Hospital Universitario de Basurto (Bilbao), "en los deportistas amateurs y, por extensión, en todas aquellas situaciones en las que se desempeña una actividad recreativa o de ocio que te exponga a girar bruscamente sobre la rodilla que soporta el peso del cuerpo".

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El doctor Iñaki Mediavilla ha liderado la investigación y puesta en marcha de una nueva técnica quirúrgica, pionera en el mundo, para reconstruir el ligamento cruzado anterior, consiguiendo dotar a la rodilla de una mayor estabilidad y resistencia frente a los fallos que en determinados movimientos de la rodilla se producen con las técnicas empleadas hasta ahora; a ello hay que unir una recuperación más rápida y un menor riesgo de reincidencia de lesiones. Hemos charlado con él para que nos cuente en qué consiste dicha técnica, qué la diferencia de las anteriores y cómo es la recuperación.

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Es un tipo de lesión que se produce más frecuentemente en jóvenes, deportistas y en mujeres. En mujeres, ¿está relacionado con la complexión de las rodillas de la mujer para que sean más propensas a sufrir este tipo de lesión o existe alguna otra razón?

Hay mucha investigación, pero se puede afirmar con rigor que la edad joven y, sobre todo, el sexo femenino con alta exposición al deporte, son factores de riesgo conocidos para lesionarse el LCA. Las mujeres -en las mismas circunstancias que un hombre- tienen entre 4 y 6 veces más de probabilidades de lesionarse el LCA.

Ahora hay un auge del fútbol femenino en nuestra sociedad, pero en los países nórdicos, sobre todo, cuyas sociedades normalizaron hace décadas estas prácticas deportivas entre ambos sexos, han llevado a cabo mucha investigación epidemiológica. Y sin caer en el alarmismo, se debe entender que justo después de la adolescencia, sobre todo las chicas, deben seguir un programa de entrenamiento diseñado para la prevención de esta lesión.

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¿Cómo se trataba anteriormente este tipo de lesión? ¿Por qué no resultaba del todo satisfactoria? ¿Qué otro tipo de lesiones podían acontecer tras una rotura de ligamento anterior cruzado?

Estamos 'atados' a la época que nos toca vivir y, en este sentido, el desarrollo tecnológico que vemos se ha incorporado a todos los aspectos de la vida, incluida la gestión de la salud. Hace 20-30 años, había mucha selección de los pacientes a los que les merecía ser tratados quirúrgicamente. Las operaciones también eran más rudimentarias comparadas con las de ahora. Hoy en día se sabe que si el LCA está roto, aunque no seas deportista, tienes muchísimas más posibilidades de romperte el menisco. El menisco, que hace años se consideraba tan prescindible como el apéndice, hoy en día tiene mucho valor como protector del cartílago. Sabemos que una pérdida del menisco supone cruzar la puerta de entrada a la artrosis. Y aquí, el primer mundo tiene un problema de salud global: la longevidad y la duración de los cartílagos. Pero esto nos lleva a otro apasionante tema…

De manera muy sencilla y para que nuestros lectores lo entiendan, ¿en qué consiste esta nueva técnica y qué mejoras se obtienen en el resultado de la misma, comparándola con las técnicas anteriores?

Tradicionalmente, tras la lesión del LCA, se colocaba dentro de la rodilla un segmento de otro tendón (generalmente tomado de la misma rodilla del/la paciente) que cruzaba la rodilla desde la tibia hasta el fémur. Podríamos decir que se colocaba un “tirante” dentro de la rodilla y para ello, imaginemos una cometa gobernada por un hilo. Pero esta solución se ha mostrado insuficiente para estabilizar la rodilla en todas las fases de su movimiento.

Buscando mejorar la eficiencia de la cirugía se ha desarrollado la cirugía de doble fascículo. Ahora, colocamos dos segmentos de tendón diferentes (dos “tirantes”) dentro de la cápsula de la rodilla. La cometa tiene ahora dos hilos, lo que nos permite manejarla en más movimientos. En la rodilla, uno de los tirantes trabaja cuando la rodilla está estirada y el otro con la rodilla flexionada.

La técnica que proponemos asocia la colocación de dos segmentos de tendón (dos “tirantes”) dentro de la cápsula de la rodilla y además otro segmento de tendón (un tercer “tirante”) colaborador colocado por fuera de la cápsula. Todos trabajan a la vez con lo que el trabajo está más repartido.

¿Cómo es la recuperación? ¿En cuanto tiempo puede estar totalmente recuperado el paciente? ¿Si practica deporte o alguna actividad física puede retomarla sin peligro a que se repita la lesión?

La recuperación es algo más precoz. Pero debe entenderse que los tendones transplantados deben transformarse (ligamentizarse). Esta transformación es un proceso biológico que necesita meses. Como tampoco se puede ir a recoger tomates dos semanas después de su siembra. Pero si el constructo de la cirugía del LCA es más robusto, se puede empezar antes la rehabilitación y lo que es muy importante, la readaptación deportiva. El peligro de la reincidencia de la lesión siempre existe en tanto que persiste el factor 'exposición a la actividad'.

Normalmente, la gente que ha sufrido rotura de ligamento y han tenido que operarse siempre acaba resintiéndose de esa lesión de un modo u otro, ¿esta nueva técnica asegura que ese ligamento no volverá a molestar con la nueva reconstrucción?

Debe entenderse que una lesión puede tener diferente alcance según la intensidad del traumatismo. La lesión del LCA puede acompañarse de lesiones meniscales, lesiones osteocartilaginosas, lesiones de otros ligamentos etc. Además, no se sabe por qué, pero se ha demostrado recientemente que ante la misma lesión, hay personas que reaccionan con una inflamación bioquímicamente desproporcionada. Pero esto último nos lleva al umbral del futuro: la medicina regenerativa…