La autoestima es el conjunto de creencias, percepciones y sensaciones que tenemos sobre nosotros mismos. Muchas veces esos pensamientos son construidos a partir de la opinión de los demás y algunas experiencias. No siempre, casi nunca, se corresponde con la realidad de quien lo siente.
Cuando tienes la autoestima baja eres propensa a exagerar la visión negativa que tienes de ti. Esto predispone, si perdura a lo largo del tiempo, a padecer depresión o episodios de ansiedad. Quererte y valorarte es fundamental para elevar tu autoestima, es probable que muchas de las situaciones o problemas que te aquejan estén derivados de esta sensación personal.
Síntomas que advierten de tu baja autoestima
No todos los síntomas son evidentes y, además con frecuencia, solemos resumir la forma de ser de otra persona como alguien que no se valora. No siempre estamos en lo cierto, los verdaderos motivos que llevan a una mujer a sentirse inferior son internos, por experiencias vividas y la falta de herramientas que le permitan salir de esa sensación.
La inseguridad, el temor a enfrentar cambios y la indecisión suelen ser algunos de los síntomas más frecuentes de la baja autoestima. Sin embargo, también se encuentra en la falta de interacción y relaciones sociales. Si te cuesta expresar tus logros, tus metas o lo que sientes por temor a la opinión de los demás es probable que tengas la autoestima baja.
Si cuando consigues un logro solo lo atribuyes a la suerte y a la casualidad y cuando no consigues lo que esperabas o algo sale mal crees que es tu responsabilidad y tu culpa, podrías estar ante el mismo sentimiento personal.
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Aprende de aquello que favorece tu autoestima
Cómo revertir tu baja autoestima es algo que puedes comenzar a trabajar ahora mismo. No existe una fórmula exacta para cada persona, porque como hemos visto, se trata de un sentimiento individual. Si crees que has tocado fondo o que la sensación de que vales poco es profunda e intensa, recurrir a un psicólogo sería la mejor alternativa.
Estos consejos pueden ayudarte para que vuelvas a confiar en ti:
- No eres perfecta, nadie lo es. Motívate y valora todo lo que haces bien, tus esfuerzos y aquello en lo que eres verdaderamente buena, seguro que lo eres en algo. Ante los errores no te flageles, asúmelos como parte de la experiencia vital que atraviesas y aprende de ellos para evitarlos en un futuro, siempre que sea posible.
- Mímate y quiérete. Si te conoces a ti misma, mejor preparada estarás para enfrentar situaciones que te desborden. No delegues en los demás por temor a decidir y equivocarse. Toma la riendas de tu vida y práctica cómo hacerlo, verás lo bien que te sienta.
- Comparte tus sensaciones con personas que te valoren y respeten, en sus palabras podrás descubrir cuanto te valoran los demás. Acepta las críticas constructivas y respetuosas para poder crecer y mejorar.
- Priorízate, no siempre es posible, pero inténtalo. No estés pendiente del cariño y el afecto de los demás. Regálate tiempo para hacer aquellas cosas que te hacen feliz o que necesitas. No des explicaciones demás, basta con un “necesito hacerlo”.
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Deja atrás los errores del pasado
Si acarreas lastres es importante que los asumas para dejarlos atrás. Probablemente hayas cambiado, crecido y aprendido. Lo que hubieras podido hacer mal antaño no tiene que perseguirte de por vida. Muchas veces actuamos de determinada manera según el momento y la circunstancias. Que ahora pienses que lo hubieras hecho de otra manera es humano, pero no factible. Entonces no te tortures con aquello que no salió bien y reconfórtate pensando en como de diferente lo harías en el presente.
Puedes repasar mentalmente, cada noche antes de dormir, lo que ha salido bien, los logros que has obtenido durante el día, lo que más te ha gustado y lo que no. Es una manera de conocerte mejor.
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