Navidad es sinónimo de engordar para muchos. Quizá no demasiado. Entre dos y tres kilos, según los expertos. Pero aunque no sea una ganancia considerable, sí nos puede resultar difícil perderlo tras las fiestas. Por eso, para no tener que preocuparnos ni hacer grandes esfuerzos en enero para perder peso, lo ideal es que pensemos en recetas y menús que no aporten calorías de más.
Según recuerdan desde la clínica Opción Médica, "fiesta no equivale a exceso, aunque podamos permitirnos algún capricho". Por eso, sugieren pensar muy bien los menús, adaptarnos al número de invitados, ya que las cantidades son importantes, y seguir algunos consejos para que las recetas navideñas sean lo más saludables posible.
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¿Cómo organizar la cesta navideña?
Lo principal es pensar con antelación qué platos vamos a servir. Una vez organizado el menú, hacer un listado de ingredientes para poder realizar la compra ajustándonos a lo que necesitamos y a las personas que van a acompañarnos. La cesta también dependerá de los alimentos que queramos comprar.
Conservación de los alimentos frescos
Si nuestro menú incluye alimentos frescos como pescado, marisco o carne, conviene tener en cuenta que cuanto más se aproximen las fechas señaladas los precios subirán más. Una buena opción es hacer la compra unas semanas antes y congelarla, en buenas condiciones, por ejemplo, al vacío.
Las verduras, hortalizas y fruta deben comprarse pocos días antes para que podamos disfrutar del correcto grado de madurez y sabor.
Respecto a los postres, sobre todo los caseros que contengan alimentos perecederos como la nata o la crema, hay que adquirirlos un día antes o, incluso, el mismo día para evitar que el producto se deteriore y nos expongamos a posibles intoxicaciones alimentarias.
Por último, aconsejan adquirir productos de proximidad y de temporada.
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Recetas saludables
Una vez sabemos cómo debemos organizar la cesta de la compra navideña, y de la mano de Opción Médica, os sugerimos algunas recetas que reducirán las calorías a los menús.
Aperitivos: son clásicos en las mesas familiares y de amigos. Para que sean saludables y de bajo contenido calórico opta por pimientos del padrón, pinchos de tomate cherry con queso fresco, champiñones salteados con ajo y pulpo a la gallega o gambas saladas.
Primer plato: el más típico es el caldo de Navidad. Para aligerarlo hay que quitar la espuma durante la cocción y, una vez hecho, dejarlo reposar para que toda la grasa ascienda a la superficie para eliminarla. Después se cuela con un colador muy fino y se filtra con una estameña para eliminar las impurezas.
Segundo plato: un buen consejo para hacer del segundo plato una alternativa saludable es acompañarlo de verduras típicas de invierno como las alcachofas, habas, espinacas, puerros, col, acelgas, entre otras. Por ejemplo, un rape, merluza, lenguado o besugo al horno con verduritas o un pollo o pavo al cava con guarnición de cebollitas y patatas al romaní.
Postre: a pesar de que es muy fácil pecar y, evidentemente, podemos permitirnos algún capricho, el postre principal debería ser la fruta. Con ella se pueden preparar platos muy apetitosos como, por ejemplo, una brocheta. Además, este alimento ayudará a absorber las grasas que se han ingerido durante la comida. Las más típicas de esta época son las naranjas, mandarinas, kiwi, fresas, frambuesas, caqui, granada y el pomelo. Una sugerencia para hacer más atractivo este postre es añadir chocolate negro fundido.
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Dulces navideños sí, pero con moderación
Es inevitable incluirlos en la cesta de la compra pero no se puede abusar de ellos. Para adecuarnos a las cantidades justas y no comprar de más, es importante no acudir al supermercado con hambre. También es recomendable leer bien las etiquetas y decantarnos por aquellos con menor contenido azúcares y grasas saturadas.
Por último, no hay que olvidar que tanto en navidades como el resto del año hay que buscar alimentos que sumen salud. Así como hacer ejercicio físico, beber al menos ocho vasos de agua al día y comer despacio para ayudar a nuestro cuerpo a reconocer cuando está verdaderamente saciado.