Si me pica mucho la piel ¿puede ser por algo grave?

Son varias las razones que pueden causar picores. Normalmente, no tienen importancia y su solución es sencilla. Sin embargo, en ocasiones, pueden ser el síntoma de algo más grave

Por Nuria Safont

Si te pica la piel a menudo, es muy probable que la causa sea la sequedad, un problema muy común que nos afecta debido al uso de sistemas de calefacción y por la falta de humedad en el ambiente. El uso de cremas adecuadas para hidratar la piel en profundidad, así como beber abundantes líquidos, hará que este remitirá. Sin embargo, hay veces que se debe a una causa más grave. Te explicamos cuáles son las razones más comunes por las que sientes picor en la piel y cuándo debes acudir al médico para que te haga un chequeo de salud. 

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Mala hidratación, la causa más común  

La deshidratación se puede traducir en aspereza, descamación e, incluso, lesiones importantes. Para evitarlo, es necesario cuidar la piel tanto por fuera como por dentro. Beber agua a menudo y utilizar una buena crema hidratante es imprescindible para conseguir una piel bien hidratada. 

No escoger un producto adecuado también puede causar problemas y picor. Por ello, es necesario que sepas si tu piel es seca, mixta o grasa. "La creencia de que solo las secas necesitan hidratación es totalmente falsa", recuerda Mónica García Bodini, socia y fundadora de Vera Green. Todos los tipos de dermis necesitan tratamientos hidratantes adaptados a ellas. Además, es muy importante tener en cuenta los ingredientes de la crema. Cada vez más, se apuesta por eliminar los compuestos químicos – muchos de los cuales pueden llegar a ser perjudiciales para la piel – y optar por productos naturales.

Por otro lado, hay que aplicar la crema en su justa medida. "Hacerlo en exceso puede producir lo que se conoce como acné cosmético, debido a que la obstrucción de los poros puede provocar que la piel ni absorba ni respire", advierte García Bodini. 

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Alergias por contacto

Es otra de las causas que pueden hacer que te pique la piel. Por ejemplo, una reacción a algún componente de la ropa o de cualquier otro complemento. Identifica el lugar donde te está picando y comprueba si está en contacto con algún alérgeno. La dermatitis alérgica de contacto, que así se denomina médicamente,  es una enfermedad común que se manifiesta a través de una reacción inflamatoria de la piel como consecuencia del contacto de una sustancia alergénica sobre la superficie cutánea.

Según el doctor José Luis García-Abujeta, miembro del comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), “entre las causas más frecuentes de la dermatitis de contacto se encuentra la sensibilización al níquel, debido al uso de bisutería y otros materiales metálicos (monedas, llaves, herramientas…) que en su confección pueden contenerlo. En ocasiones, algunos productos cosméticos también pueden incluir este componente”.  

En los últimos años, y debido a la aparición de nuevas profesiones, están incrementando los casos de dermatitis de contacto y están surgiendo nuevos materiales que propician el desarrollo de este tipo de alergia, como algunos desinfectantes, las isotiazolinonas, presentes en productos de higiene personal, en pinturas al agua y en otros materiales ocupacionales.

El tratamiento para paliar este tipo de dermatitis se realiza con cremas o ungüentos corticosteroides, terapias emolientes básicas, fototerapia, a veces medicamentos orales – antihistamínicos, corticoides orales - y medidas preventivas. “La comezón asociada con la dermatitis aguda de contacto es a menudo severa y por lo general se trata mejor con esteroides que con antihistamínicos, que no tienen ningún efecto documentado sobre la dermatitis”, explica el doctor José Luis García-Abujeta.

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Dermatitis atópica 

La dermatitis Atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que cursa con prurito (picor), que puede ser muy intenso hasta el punto de afectar considerablemente la calidad de vida del paciente. La lesión típica es el eccema, que consiste en una o múltiples áreas de enrojecimiento y descamación de la piel. Esta patología, de base genética, se produce por una alteración de los mecanismos de la función barrera de la piel, facilitando la sequedad de la misma, junto con una activación del sistema inmunitario que condiciona los brotes de inflamación. En muchos casos, puede subyacer una alergia a alimentos o alérgenos ambientales.

Según explica la doctora Milagros Lázaro, presidenta del Comité de Alergia Cutánea de la SEAIC, “la dermatitis atópica es una enfermedad crónica incurable que, debido a sus síntomas, puede afectar significativamente a la calidad de vida de los pacientes”. Además, añade que “esta afección puede provocar efectos psicológicos negativos hasta en el 50% de los pacientes, tales como alteraciones del sueño, ansiedad, depresión o aislamiento”.

Debido a que se considera un señuelo de otras enfermedades alérgicas, el abordaje de esta patología debe dirigirse en varios aspectos: prevención, a través de medidas dirigidas potenciar la función de la barrera cutánea, impidiendo así nuevas sensibilizaciones; al manejo clínico, considerando al paciente con dermatitis como un todo, no centrándose únicamente en el manejo de la piel,  sino atendiendo a la posibilidad de la coexistencia de otras enfermedades alérgicas, como la rinitis, el asma o la alergia a los alimentos. En este sentido, el alergólogo es el especialista que, por su formación global, es el mejor capacitado para atender todas estas manifestaciones en su conjunto”.

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¿Y si es diabetes?

Algunas enfermedades como la diabetes pueden tener como uno de sus síntomas el picor en la piel. En la diabetes, por ejemplo, se produce debido al exceso de glucosa en la sangre. A largo plazo, puede acompañarse de entumecimiento y hormigueo de las extremidades. La mala circulación produce, además de hinchazon, entumecimiento y mala circulación, picores en la piel. 

Por último, no debemos olvidarnos del cáncer de piel y del melanoma, afecciones que pueden manifestarse con picor en un lunar o en una lesión de la piel. En estas patologías, el diagnóstico precoz es esencial, por lo que hay que observar la piel mediante el método A.B.C.D.E. (Asimetría. Bordes. Color. Diámetro. Evolución) y acudir al dermatólogo si observamos cualquier cambio. 

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