Que no te sientas estresada cuando está por comenzar diciembre no depende solo de ti. Hay una acumulación de factores que interfieren en tu percepción de estas fechas en las que amigos, trabajo y familia requieren tu presencia.
Sabemos las consecuencias que puede provocar las situaciones prolongadas de estrés en el organismo, hipertensión arterial, diabetes y obesidad. De hecho, durante las vacaciones de esta época del año, es uno de los momentos en que más problemas cardíacos se registran en urgencias.
Toma la cena de navidad de tu empresa como un momento de disfrute con aquellas personas con las que compartes, tanto tiempo o más, que con tu propia familia.
No pierdas la compostura
Recuerda siempre que la imagen se genera en 7 segundos y se pierde para toda la vida. Lo que hagas durante la cena puede repercutir durante todo el año. No es el momento de hacer grandes anuncios o imponer tus ideas políticas, intenta ser lo más diplomática posible esa noche.
Es un momento excelente para conocer a compañeros de otro sector a los que no ves más que en el ascensor o a la salida. Intenta no entrometerte en su vida ni buscar temas íntimos para conversar, mucho menos entres en la crítica, por muy constructiva que sea.
Leer más: Seis consejos que te ayudarán a ser más resiliente en tu día a día
Aléjate la presión y el conflicto
Si llevas tiempo en la empresa te será mucho más fácil distinguir y alejarte de los focos de conflicto. Si conoces a tus compañeros evita las situaciones en las que se está generando una discusión. Estos encuentros son para agasajar a los empleados y una manera de fomentar la comunicación entre compañeros. Huye de todo lo que represente algo distinto.
Si está en tu forma de ser puedes poner paños fríos y cambiar de conversación. Si eres tímida o prefieres no ser líder, abandona momentáneamente a esos compañeros y busca otro grupo. Aunque es un momento que genera cierta ansiedad procura relajarte todo lo posible, si te sientes presionada serás mucho menos espontánea y estarás a la defensiva durante toda la cena.
Si eres nueva, busca un sitio en el que te encuentres a gusto, aunque no conozcas a esas personas. Una sonrisa en la invitación perfecta para acercarte a conversar.
Leer más: Hábitos digitales que mejoran tu salud mental
¿Puedes faltar a la cena de la navidad?
Seguro que lo has pensado y, aunque no hay una única respuesta, sería mejor que no lo hicieras. Para la empresa es importante contar contigo, ha preparado algo especial y sería un desprecio ausentarte.
Si aún sigues pensando excusas que puedan ayudarte a evitar el agasajo, no vayas muy lejos. Cuanto más honesta puedas ser mejor quedarás. Si no tienes con quién dejar a tus hijos o ya tenías planeado un viaje, dilo con respeto que seguro lo entenderán. Eso sí, intenta estar presente en la siguiente ocasión para evitar que piensen que lo haces adrede..
Estas cenas son buenas oportunidades para conocer gente y promover tu trabajo. Si tienes aspiraciones laborales para el año siguiente puede ser el momento de comenzar a gestionarlas. No lo propongas directamente pero deja que noten tu interés por crecer profesionalmente.
Regula las expectativas
En muchas ocasiones el estrés está relacionado con las expectativas que nos generamos. Es solo una fiesta de navidad de la empresa, no está en juego ni tu trabajo ni tus sentimientos, así que intenta disfrutarla de manera tranquila.
Si los nervios te pueden esa noche busca acercarte a algún compañero que conozcas más. Evita consumir alcohol si todavía no ha llegado la cena y deja que otros hablen y sean el centro de atención hasta que te sientas con ganas de participar.
No comas ni bebas en exceso, recuerda que tu vida sigue la mañana siguiente y son fechas en las que la comida y el alcohol están por demás presente. Si vives estos momentos con descontrol el próximo año tu cuerpo lo relacionará con la misma sensación de estrés y ansiedad y entrarás en un círculo del que te será más difícil salir.
Leer más: Cómo acabar con la tiranía de los pensamientos negativos