Cómo evitar la producción de cortisol y adrenalina, las hormonas del estrés

Son generadas por tu organismo de manera automática y repercuten tanto en tu bienestar emocional como físico

por hola.com

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al estrés como “un conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción”. Es decir que es un mecanismo hormonal que nos alerta ante las ocasiones consideradas de riesgo.

Los cambios, las preocupaciones y cualquier situación que se nos presente como peligrosa o amenazante genera estrés. De hecho, dos de las causas más frecuentes de este estado, son las separaciones y las mudanzas. También puede ocurrir en casos en los que socialmente no parecen de peligro, pero para tí si lo son, como hablar en público si eres una persona muy tímida.

El estado físico personal determina, en gran medida, las consecuencias y repercusiones que el estrés nos genera. Una presentación importante en el trabajo o un exámen pueden someterse a un nivel de estrés mínimo. Estos niveles, casi estimulantes, una vez terminados regresan al nivel basal y no suelen tener consecuencias en las personas.

El estado de resistencia

Si las situaciones de presión permanecen en el tiempo o son demasiado intensas nuestro cuerpo entra en lo que se denomina estado de resistencia. Las hormonas segregadas no regresan a su nivel de origen y nuestro organismo queda en alerta, resistiendo ante la posible adversidad. 

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Esa resistencia produce una serie de reacciones fisiológicas que activan el sistema nervioso y las glándulas suprarrenales. Ambos liberan hormonas al torrente sanguíneo que excitan, inhiben y regulan el funcionamiento de los órganos internos.

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El cortisol

Popularmente se la conoce como la hormona del estrés y la produce las glándulas suprarrenales. Algunos factores como el exceso de cafeína, demasiado ejercicio físico o trastornos en el sueño nos predisponen a generar cortisol de manera  más frecuente. Elevan su segregación y, por lo tanto, mantienen el estado de estrés en la persona. 

Puedes evitar que esto suceda, aunque siempre es recomendable que acudas al médico. Las terapias, especialmente las musicales, los masajes y toda aquella actividad que te proporcione calma y armonía reducen la producción de cortisol. También ayudan a disminuir esta segregación hormonal, el té negro, la risa y el Omega 3.

La adrenalina

La adrenalina es una hormona y también un neurotransmisor, aumenta la frecuencia cardiaca, dilata las vías aéreas y contrae los vasos sanguíneos. Es producida por las glándulas suprarrenales ante estados de ansiedad o preocupación grave.

Al igual que el cortisol preparan al cuerpo para luchar, huir o enfrentarse a una situación que asume como peligrosa. Puede provocar el incremento de lípidos en la sangre y afectar el rendimiento cardíaco como una manera de ‘activar’ al organismo.

La ilusión ante un evento muy esperado nos produce adrenalina, ese nivel de excitación no es perjudicial para nuestro organismo. El problema se presenta cuando nos exponemos de manera prolongada a esta situación, es lo que ocurre ante los agentes estresantes.

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Los efectos de esta situación se evidencian con mayor claridad en la fase final, con síntomas como el agotamiento físico, la pérdida de algunas capacidades fisiológicas, falta de interés por las situaciones sociales y problemas para adaptarse e interrelacionar con el medio. No obstante las consecuencias de exponernos a una situación así repercute de manera inmediata. Los síntomas que desencadenados por el estrés pueden ser considerados leves, moderados o graves. 

Algunas de las enfermedades consideradas como psicosomáticas suelen aparecer en momentos de estrés continuado. Evita la segregación de esta hormona con técnicas de respiración. La meditación es una de las herramientas más potentes ante estos factores.

El 'burn out' también segrega cortisol y adrenalina

Una investigación realizada por los doctores A. Pines, E. Aronson y D. Kafry demostró que el síndrome de burn out, "estar quemado", no solo se daba en profesiones de alta competitividad sino que ocurría en todos aquellos trabajos con  una alta demanda psicológica. Esta conclusión no permite establecer un orden en los empleos con más probabilidades de sufrir burn out. Sin embargo, expertos en la materia, afirman que en la actualidad cualquier trabajo que requiera entrega, idealismo y compromiso es susceptible de padecer esta clase de estrés.

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