El yoga bowspring surge en EE.UU. de la mano de John Friend y Desi Springer, que pretenden crear un patrón postural que permita que la mente, el corazón y el cuerpo se conecten de tal manera que podamos afrontar la vida de una manera más positiva que antes.
El sistema de trabajo busca la alineación total del cuerpo de manera activa para que se unifique y unas partes cooperen con otras en la búsqueda de una armonía integral. Para lograrlo se trabaja con una postura curvilínea como punto de partida, en la que el cuerpo adquiere forma de ”S”, desde la cabeza hasta la parte trasera de las caderas.
Según los creadores de este sistema de yoga, esta postura llena de un sentimiento de seguridad a quien la realiza, porque representa el poder a través de la unión entre el cuerpo, el corazón y la mente. Y lejos de resultar complicado de llevar a cabo, el conjunto de posturas que conforman el bowspring son ligeras, dinámicas y respetan las curvas naturales de nuestro cuerpo, que nunca se detiene.
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Nuestro cuerpo se divide en cinco áreas
A pesar que este tipo de yoga divida el cuerpo en diferentes áreas pretende que todas ellas trabajen unidas y en movimiento continuo: alas (manos, brazos y hombros), corazón (caja torácica), raíces (pies, piernas y caderas), cintura (espalda baja y abdomen) y corona (cabeza y cuello).
No puede haber descompensación en los movimientos de las diferentes zonas, ni por exceso ni por defecto, ya que son interdependientes. Si esto ocurre se rompe la alineación del conjunto y es ahí donde aparecen los dolores y el riesgo de sufrir lesiones.
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La curvatura de la espalda es fundamental
Se considera que la espalda es un muelle, dinámico y largo, y que no debe permanecer recta para evitar el desgaste óseo y lesiones en la zona lumbar. La evolución humana nos ha llevado a la bipedestación, algo posible gracias a las curvas de nuestro cuerpo, en concreto de nuestra espalda. Si permanece recta, la gravedad provoca el desgaste de la zona lumbar a causa de la presión que el peso del cuerpo ejerce sobre ellas, y eso puede provocar lesiones en la zona muy dolorosas.
El yoga bowspring no solo trabaja sobre la curvatura de la espalda, sino que fortalece la zona lumbar, incrementando el tono muscular, para hacerla más resistente, ágil y expansiva.
Ventajas de este tipo de yoga
Como es esperable en cualquier tipo de yoga, no se dirige solo a la parte física, sino también a la emocional o espiritual. El bowspring ayuda a aumentar la sensibilidad sobre nuestro propio cuerpo, y eso se traduce en un estado de armonía con nosotros mismos y con el entorno que nos rodea.
A nivel físico, practicando este tipo de yoga podemos tonificar la musculatura de todo el cuerpo, mejorar el equilibrio, reducir la degeneración ósea y articular, fortalecer el suelo pélvico y aumentar la capacidad pulmonar.
El yoga bowspring es apto para cualquier persona, independientemente de su edad y condición física, y repercute en nuestra postura corporal cuando estamos tanto de pie como sentados.
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