Cuando uno decide que ha llegado el momento de decir 'basta' a comer mal, a engordar y exponerse a grandes epidemias del siglo XIX como son la diabetes o la obesidad, ya ha dado un paso importante. Sin embargo, no siempre se sabe poner en práctica de manera responsable. "Puede que se sepa la teoría, pero no se sabe cómo llevarlo a cabo", asegura Pablo Zumaquero, autor del libro El método sin. "Solo y exclusivamente se consigue el éxito modificando el estilo de vida y el primer error que vemos es que no se quiere hacer el cambio de hábitos, es decir, que hacer un cambio un tiempo está bien, pero no se concibe a largo plazo", explica el dietista-nutricionista.
Los siete años de experiencia que lleva pasando consulta le han permitido saber qué temas son los más interesantes o importantes a la hora de mejorar la alimentación, así como los errores más comunes que se comenten en ese desafío, como son los factores externos que nos impiden hacerlo -como el trabajo, la familia, el entorno...- o la falta de motivación para mantener lo conseguido. Sin rodeos, sin tonterías, sin hiperrestricciones. Este nuevo título, que está editado por sinazucar.org y disponible en formato digital, pretende ir al grano y explicar "todo lo que necesita una persona para comer bien sin extenderse en chorradas, que al final si se hace largo y pesado la gente deja el libro a la mitad".
Casos reales y concretos: comer fuera de casa
El libro incluye recetas, consejos, información y muchos consejos prácticos para aprender a hacer la compra, leer etiquetas o mantener la vida social. Uno de los casos, comer fuera de casa, del que nos revela cuatro claves a tener en cuenta:
- Prevenir mejor que curar. Intenta ir a sitios donde sepas que al menos hay buenas opciones alimentarias
- Ve sin mucha hambre, toma algo sano como fruta y frutos secos 1 hora entes y así no arrasas
- Selecciona alguna ensalada, gazpacho, espárragos u otra verdura como sea, tanto en un primero de un menú del día, como una de las raciones a compartir.
- No comas por presión social, si no te apetece tomar algo, no lo hagas aunque te den la tabarra, hazlo sólo si te apetece.
Descanso, estrés y otros condicionantes
Tener en cuenta la cantidad de hidratos, optar por grasas saludables o hacer cinco comidas al día son algunos de los consejos nutricionales que todos tenemos integrados y que podemos poner, con mayor o menor éxito, en práctica. Sin embargo, Pablo nos detalla algunos otros en los que, posiblemente, no hayas reparado:
- No dormir bien. Una persona que duerme mal tiende a comer peor, más cantidad, estar más apática y así hacer mucha menos actividad.
- Tener estrés. El estrés también engorda. Una persona con preocupaciones o estrés crónico tiene los mismos efectos que una que no duerme bien.
- Ser muy sedentario. No, no vale con caminar 30 minutos diarios. Hay que aumentar la actividad cotidiana y hacer ejercicio, con intensidad, sudando y con la respiración y la frecuencia cardíaca elevadas. Y no una sesión de ejercicio cada 2 semanas, sino 3 o 4 por semana.
- No tener paciencia. Si crees que los resultados llegan de forma inmediata, siempre te vas a frustrar, porque el cuerpo no funciona tan rápido. Y menos cuando pretendes obtener un resultado voluminoso haciendo pocas mejoras de hábitos.