¿Problemas para conciliar el sueño? Toma nota de estos hábitos saludables

Conseguir gozar de un sueño reparador pasa, en muchas ocasiones, por ayudar a nuestro cuerpo con unas sencillas rutinas

por Gtresonline

El número de personas que poseen serias dificultades para conciliar el sueño crece a pasos agigantados. El estrés de la vida diaria, los malos hábitos en nuestras rutinas y la importante incidencia de las tecnologías en el día a día de la vida doméstica han generado grandes efectos en la conciliación del sueño de las personas adultas. No se trata solo del temido insomnio que ataca al individuo a horas intempestivas de la noche, sino que cada vez es más complicado desde el primer momento. La incapacidad para dormir que muchas personas padecen desde el momento en el que se meten en la cama marca, en muchas ocasiones, la pauta de cómo se definirá la calidad del sueño en el resto de las horas de la noche. Además de la lógica visita al médico para tratar de conocer las causas de este problema, existen una serie de hábitos cotidianos que pueden facilitarnos la tarea a la hora de conciliar el sueño.

Organización de horarios

Una de las primeras recomendaciones para enforcar de manera saludable nuestro tiempo de descanso nocturno es la organización de los horarios de sueño. Es conveniente no cambiar las horas de sueño durante el día (siestas y otro tipo de descansos) y regularizar la hora en la que cerramos el día y nos disponemos a dormir hasta el día siguiente. Al igual que sucede con los bebés, repetir una rutina de horarios facilita que el cuerpo humano identifique una determinada franja horaria y se disponga con más facilidad al descanso. No obstante, es necesario recalcar que no es positivo meterse en la cama sin sueño y mantener un ambiente relajado en nuestro dormitorio.

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La alimentación lo es todo

Otro de los pilares fundamentales para un descanso reparador es la alimentación. Existen determinados alimentos que facilitan la conciliación del sueño y otros que se desaconsejan por completo. Para empezar, y de acuerdo a los principios de la cronoalimentación, se recomienda no realizar cenas muy copiosas ni consistentes antes de entrar en la franja del sueño. Asimismo, escoger alimentos ricos en triptófano, aminoácido que ayuda al organismo a relajarse, es lo más conveniente cuando hagamos el menú. Pollo, pavo, lácteos, el pescado azul o el plátano son algunos de los productos más reseñados por los especialistas. Incluirlos habitualmente en la cena genera un hábito muy positivo en los momentos previos a la hora de dormir.

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Tratamientos relajantes en casa

Junto con unos buenos hábitos alimenticios, existen algunos gestos que complementan a una cena ligera antes de acostarse. Relajarse con una ducha de agua tibia es uno de los grandes y efectivos consejos para preparar a nuestro cuerpo para un sueño reparador. Si, además, queremos lucir un rostro descansado nada como aplicar a nuestro rostro una mascarilla relajante, como las de origen coreano que poseen activos regeneradores para que el sueño sea mucho más restaurador y renovador.

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Yoga vs. 'mindfulness'

Aunque muchos expertos desaconsejan hacer ejercicio antes de disponernos a ir a la cama, lo cierto es que existen diversas disciplinas que no solo no aparecen en la lista de actividades prohibidas, sino que se perfilan como altamente recomendables, como el yoga o el mindfulness. Existen asanas como la postura del camello, la del arco o la del medio puente (generalmente de estiramientos), ideales para destensar los músculos y propiciar la relajación física del cuerpo. Del mismo modo, la consciencia plena ejercitada por medio de la meditación y el mindfulness se convierte en la gran aliada para relajar la mente.

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