Bollería y galletas, refrescos azucarados, salsas comerciales, golosinas y chucherías, pizzas precocinadas, zumos industriales, pan de molde… Estos son solo algunos de los alimentos que habitualmente consumimos y que, aunque a veces aparezca en las etiquetas camuflado, tienen el azúcar como uno de sus ingredientes principales. A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta constantemente de la gravedad del excesivo consumo de esta sustancia, las cifras continúan siendo alarmantes. Tanto es así que, según ha subrayado la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, cada español consume una media de 111,2 gramos de azúcar al día, una cantidad que cuadriplica los 25 gramos que recomienda la OMS.
En muchas ocasiones, únicamente tenemos en cuenta la cucharada de azúcar que podemos echar al café. Sin embargo, este elevado consumo procede de los alimentos que forman parte de nuestra cesta de la compra. "El azúcar que podemos añadir al café o al té no son nada en comparación con los azúcares que se encuentran en los alimentos con etiquetas y pasan desapercibidos por los propios consumidores puesto que en muchas ocasiones no aparece un distintivo advirtiendo de este elevado porcentaje", afirma Paula Crespo, presidenta del Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa).
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Azúcares añadidos, la 'droga del siglo XXI'
Obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y caries son algunas de las principales enfermedades a las que predispone el consumo excesivo de esta sustancia, que es catalogada por los especialistas en nutrición como la 'droga del siglo XXI'. Desde el CODiNuCoVa insisten en la importancia de aprender a realizar una clara distinción entre los azúcares presentes en los propios alimentos de forma natural, como en frutas y verduras, y los azúcares añadidos durante el procesado que sufren muchos alimentos, con el fin de mejorar su conservación o hacerlos más 'sabrosos'.
Los expertos recomiendan comenzar a cambiar los hábitos desde el desayuno, dejando de consumir los típicos productos, como cereales industriales, galletas, cacao en polvo, zumos de frutas envasados y yogures de sabores. Si nuestro desayuno se basa en estos alimentos, estaremos superando las cantidades de azúcares añadidos recomendadas para un día entero únicamente realizando esta primera ingesta.
Lo fundamental para no caer en la 'tentación' es no tener estos alimentos en nuestra despensa. "Realizar una compra en el supermercado de forma saludable es un propósito difícil de cumplir si no se sabe bien cómo hacerlo: más de la mitad de los productos envasados de consumo diario supera los límites de azúcar, pero también de sodio, grasas de baja calidad o calorías. Así, no es de extrañar que los españoles hayamos consumido 151 millones de kilos de azúcar en un año", Rocío Planells, dietista-nutricionista del CODiNuCoVa. En este sentido, la especialista recomienda leer detenidamente las etiquetas y llenar nuestra cesta principalmente con frutas, verduras, legumbres y hortalizas, tratando de prescindir de bollería y dulces, así como arroz, pasta, pan y cereales refinados. En definitiva, cambiar los hábitos alimentarios para crecer como una sociedad sana.
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